¿Por qué es bueno acostumbrar a los niños a los viajes? Te lo contamos

Más allá de estresarte al planear un viaje con niños, analiza las ventajas y el aprendizaje que este aportará a los más pequeños de la familia; claro, habrá que hacer varias adecuaciones y una planificación en la que se prevean las necesidades de los menores para que todos disfruten del paseo, así sea fuera del país.

¿Te has preguntado en qué beneficia que desde pequeños empiecen a familiarizarse con los viajes? Si no lo has hecho, y más bien supones que puede ser un dolor de cabeza por estar al pendiente de los niños, no los subestimes, pues aprenderán entre otras cosas, a ser independientes y a confiar a en sí mismos.

Ventajas de hacer viajes desde la infancia

Además de saciar la curiosidad nata de los niños, recorrer el mundo con ellos puede ser una experiencia más divertida porque su visión del exterior puede sorprenderte al sacarlos del hogar a lo que están acostumbrados, por ello, te contamos de algunas de las tantas aportaciones a su vida, incluso cuando sean adultos, van a recordar.

• Adaptación. Quizá una de las principales preocupaciones de hacer un viaje con niños es que estén lo más cómodos posibles, pero, si tú tienes la capacidad de adaptarte, para ellos será más sencillo. En caso de que algo no salga como lo habías previsto, por ejemplo el mal clima en tu destino, la cancelación de un vuelo o la demora del equipaje, son algunas lecciones que le ayudarán a desarrollar la toma de decisiones y ser tolerantes a situaciones que podrían causar frustración.
• Observadores críticos. Esta habilidad la pueden adquirir al mostrar frente a sus ojos un panorama fuera de casa o del entorno habitual, el cual vendrá acompañado seguramente de la curiosidad típica de los niños, pero si eres un buen "guía", tendrá las herramientas para ir desarrollando una mente más racional y crítica.
• Habilidades sociales y empáticas. Al convivir con personas -y por supuesto- niños de otros países, aprenderá a tratar con cualquier estrato social sin prejuicios y con empatía, así como el respeto y tolerancia a la variedad de culturas.
• Memoria de viajero. Sin duda, además de los recuerdos que llevará consigo a lo largo de la vida, el gusto por conocer otros destinos y viajar, será parte de un niño que va saciando la curiosidad al conocer un nuevo idioma, al que no le costará trabajo aprender a hacer su maleta o cómo comportarse durante un vuelo.