De los momentos más bonitos del año que quedan como agradables recuerdos son los que compartimos en familia alrededor del arbolito de Navidad; ya sea natural o artificial, cuando lo colocamos se materializan las emociones al llenarlo de luz y coloridas esferas u otros adornos adicionales.
Sin duda, esta actividad es una que disfrutan mucho los niños en casa y que desde que pasan las celebraciones de Día de Muertos, y apenas quitas la ofrenda o el altar, ya comienzan a preguntar cuándo colocarán el arbolito de Navidad; les llena de ilusión “coronar” la punta del pino con la estrella y que a los pies del frondoso árbol les dejarán los regalos.
Te podría interesar
El arbolito de Navidad es en estos días el "personaje" principal de todos los hogares, empresas y plazas públicas, pues invade con el espíritu navideño todo el ambiente; y sea cual sea la temática de la decoración, el tamaño del pino, o si es natural y artificial, no puede quedarse todo el año adornando nuestro hogar.
¿Cuál es la mejor fecha para quitar el arbolito y los adornos de Navidad?
Los adornos navideños son los que duran más tiempo en casa, pues hay quienes los ponen desde fines de noviembre o inicio de diciembre, y en términos generales, podríamos decir que su vigencia es de aproximadamente un mes; pero hay quienes lo dejan aún por más días, cumpliendo casi los tres meses.
No existe una regla respecto a la fecha de quitar la decoración navideña y que la casa vuelva a la normalidad, pero sí hay dos fechas que son muy comunes entre las familias mexicanas para que el arbolito y el resto de los adornos vuelvan a sus cajas para salir hasta la siguiente Navidad.
6 de enero
Una de las tradiciones que sigue vigente en los hogares mexicanos es el Día de Reyes, y que además de tener la representación del Nacimiento en casa, el arbolito de Navidad sigue vigente para esperar a que los Reyes Magos dejen los juguetes a los pequeños a los pies del pino, y posterior a ello, ya guardan todos los adornos.
2 de febrero
Hay quienes extienden hasta casi los tres meses la permanencia del arbolito de Navidad; una vez que llega el Día de la Candelaria, que llevan a bendecir a misa el Niño Dios y se reúnen para saborear los tamales después de la rosca de Reyes, ya sin pendientes en torno a este tema, proceden a desarmar el arbolito.