VIAJES MISTERIOSOS

¿Quién era Pachita? La historia de la chamana capaz de regenerar órganos

Esta mujer tenía capacidades curativas que llamaron la atención de muchos especialistas en todo el mundo

Historias viajeras.Así fue Panchita, una chamana con poderes curativosCréditos: Frames For Your Heart/Unsplash
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Existen varias historias que puedes conocer durante tus viajes a diferentes destinos del territorio nacional, leyendas extraordinarias donde podemos aprender sobre las costumbres y tradiciones de los pobladores que habitaron el país desde hace muchos años y que perduran con el paso del tiempo a través de sus prácticas rituales. 

En México se escuchan relatos extraordinarios de gente talentosa que vivió hace muchos años y hoy conoceremos más sobre la vida de Pachita, la chamana mexicana que era capaz de regenerar los órganos de personas enfermas o heridas, una mujer que contaba con un don único y especial se volvió famosa por usar sus conocimientos sin haber estudiado medicina. 

¿Cómo fue la vida de Pachita? 

Bárbara Guerrero, mejor conocida como Pachita nació en el año 1900 en Parral, en el estado de Chihuahua y desde pequeña fue abandonada por sus padres y criada por un afrodescendiente llamado Charles, quien le enseñó a observar las estrellas y a sanar el alma. Durante su vida, ella tuvo el honor de unirse a las filas de Francisco Villa durante el movimiento revolucionario y debido a la pobreza en que vivió se desempeñó en varios oficios, como vendedora de lotería y cantante en el transporte público. 

La cruda realidad que vivió esta mujer a lo largo de los años la llevó a tener experiencias que forjaron en ella un carácter sabio y de esta esencia espiritual Pachita desarrolló la capacidad de hacer portentos o milagros que la convertirían en la chamana más poderosa en la historia de México, un talento único y especial que jamás ha sido igualado. 

La fama de esta mujer comenzó en la década de 1970 en su consultorio ubicado en la Casa de las Brujas de la colonia Roma, donde asistían personalidades importantes de esos años para ver como realizaba cirugías milagrosas que consistían en abrir al paciente con un cuchillo viejo, extraer sus órganos dañados y colocar uno nuevo que se materializaba a través de un portento. 

Al finalizar todo este ritual, Pachita cerraba la herida simple y sencillamente al colocar sus manos, tras lo cual no quedaba rastro ni evidencia de algún procedimiento quirúrgico, sanando completamente la piel sin dejar cicatriz alguna en el cuerpo del paciente atendido de esta forma, una verdadera hazaña que solo ella podía lograr. 

Sin embargo, a pesar de que estos milagros los realizaba ella, Pachita no se atribuía los dones curativos a ella misma, pues aseguraba que su cuerpo era poseído por el espíritu de Cuauhtémoc, a quien llamaba Hermanito. De acuerdo con sus declaraciones, el tlatoani era el último poseedor de la facultad de obrar algunos portentos milagrosos, pero para ello requería un cuerpo terrenal para poder seguir ayudando a la gente. 

Pachita sobresalía por sus poderes curativos/Foto: Frames For Your Heart/Unsplash

Esta mujer comenzó a llamar la atención de investigadores de diferentes disciplinas, entre ellas las del escritor y director de cine Alejandro Jodorowsky y al ex jesuita Salvador Freixedo, quienes se especializaron en estudios de vida paranormal en diferentes partes del mundo. Se sabe que además de investigar su vida, Jodorowsky se puso en manos de la chamana ya que fue operado del hígado por ella.