En tus viajes por Estados Unidos, ¿has hecho escala en Denver, Colorado?, o si este ha sido tu destino, seguramente ha llamado tu atención uno de los aeropuertos más extraños y misteriosos del mundo: el Aeropuerto Internacional de Denver, que por cierto es el más grande del país.
Lo que resalta de este aeropuerto, ubicado a unos 20 minutos de la ciudad de Denver, es un gigantesco caballo azul con ojos rojos y brillantes, que sin importar la hora, con esa luz recibe a los viajeros; muchos de ellos quedan impresionados ante "Mustang", al que los locales llaman "Blucifer", haciendo referencia al caballo del cuarto jinete del Apocalípsis, el "caballo pálido".
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Misterios del Aeropuerto de Denver
Pero todas las teorías que surgen de este aeropuerto es porque quizá sí es de los más raros del mundo debido a los detalles que tiene, incluso los que conserva tras seis años de trabajos de remodelación, que iniciaron en el 2018 y concluyeron a inicios del 2023. Uno que se puede admirar desde las alturas, previo al aterrizaje o momentos después del despegue, es la figura que forman sus pistas, ya que recuerda a la esvástica o cruz gamada usada por la Alemania Nazi.
Son más de 50 millones de viajeros los que el Aeropuerto Internacional de Denver recibe al año, y posee la pista más grande de Estados Unidos. Entre las teorías conspiranoicas, es que bajo de la terminal aérea se construyó un búnker para que la clase de élite tenga dónde refugiarse en el "fin del mundo".
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¿Un caballo demoniaco y gárgolas que cuidan el aeropuerto?
En una entrevista para Telemundo Denver, personal del aeropuerto explica que la gente considera que "Mustang", el caballo azul con ojos brillantes y obra del artista Luis Jiménez, quien por cierto falleció a causa de que una pieza de su obra le cayó encima, es un caballo demoniaco o satánico, pero es una teorís que descartan en el aeropuerto. Otro aspecto que podría ser sorpresivo, es que en las salas para recoger el equipaje, hay gárgolas que "cuidan" a los pasajeros que pasan a tomar las maletas en las bandas.
Un "detalle" más que llama la atención de los cientos de viajeros que a diario caminan por las salas de esta terminal aérea es una placa con el símbolo de los masones, la cual protege a una cápsula del tiempo que deberá ser abierta en el 2094, y es la que suponen es la entrada a ese búnker subterráneo.
Lo que ya no existe después de la remodelación, son los cuatro murales que ilustraban una teoría del fin de la humanidad por una guerra biológica y de niños felices viviendo sin violencia, los cuales estaban en la Terminal Jeppesen y fueron obra del artista Leo Tanguma, de Chicago.