Hoy, lunes 27 de mayo, se conmemora el Día del Protector Solar. En Estados Unidos, se celebra el "Don’t Fry Day" (Día de No Freírse), que este año tuvo lugar el 24 de mayo, fecha seleccionada por el Consejo Nacional para la Prevención del Cáncer de Piel. Sin embargo, la relevancia de esta jornada ha trascendido fronteras y está siendo adoptada en todo el mundo, reconociendo la importancia del uso del protector solar en la prevención de esta enfermedad.
A menudo asociamos el uso del protector solar con el acto de viajar, y aunque es común incluirlo en el kit de productos de viaje, su importancia va más allá de las vacaciones. Está comprobado que para buscar reducir la sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol, no es necesario estar en lugares despejados como playas o cimas de montañas. De hecho, el protector solar, al igual que la crema hidratante o el jabón, debería formar parte de tu rutina diaria de cuidado, para así reducir el riesgo de cáncer de piel, además de otros beneficios como prevenir la aparición de manchas solares. Pero ¿cómo sabes cuál te conviene elegir?
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¿Cuál es la diferencia entre un protector solar FPS 30 y FPS 50?
Cuando se trata de elegir el mejor protector solar para ti, es importante tener en cuenta que las marcas y los tipos pueden variar según tu región. Sin embargo, existen varios factores que pueden ayudarte a determinar cuál es la mejor opción. Todo dependerá de tu tipo de piel, los beneficios que estés buscando y con qué frecuencia planeas aplicarlo. Es importante recordar que lo mejor para la piel es aplicar el protector solar diariamente y reaplicarlo varias veces al día para una protección óptima.
Tu protector solar debe tener al menos un FPS (factor de protección solar) de 30. Esta medida determina cuánto tiempo tu piel puede protegerse a sí misma del sol. Por lo tanto, la elección del FPS adecuado dependerá de tus experiencias previas. Si tiendes a enrojecerte fácilmente y sentir ardor en la piel después de poco tiempo bajo el sol, es recomendable que elijas un FPS de 50 o más. Por otro lado, si tu piel generalmente tolera bien la exposición al sol durante períodos prolongados sin sufrir daños, puedes optar por un FPS de 30 o superior.
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Debes saber que el sol emite tres tipos de rayos UV: los rayos UVA, UVB y UVC. Durante mucho tiempo, los protectores solares solo brindaban protección contra los rayos UVB, sin abordar la amenaza de los rayos UVA. Estos últimos, al igual que los UVB, pueden causar mutaciones genéticas que desencadenan el cáncer de piel. Por ello, es crucial verificar que el protector solar indique ser de "amplio espectro", lo que significa que protege contra ambos tipos de rayos UV.
Hay muchas otras consideraciones a tener en cuenta al elegir un protector solar, como si tiene color y se adapta a tu tono de piel, o si contiene filtros químicos o minerales. Sin embargo, estos aspectos dependerán de tus prioridades personales y gustos. Lo que siempre debes tener en cuenta es que el FPS sea superior a 30 y que el protector solar sea de amplio espectro.