Situado en el corazón del Centro Histórico de Santiago de Querétaro, el Museo Regional de Querétaro es más que un espacio para admirar arte o historia, es un viaje directo al pasado. En sus muros habita la memoria del antiguo Convento Grande de San Francisco, un lugar emblemático que fue testigo de los primeros pasos de la evangelización y de la vida colonial que moldeó la identidad queretana.
Levantado entre los años 1540 y 1550, este conjunto arquitectónico destacó como uno de los principales del virreinato. Durante siglos, sirvió de sede a la Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán, siendo un punto clave del poder religioso. Su construcción en cantera, los amplios patios interiores y los pasillos silenciosos reflejan la grandeza del periodo novohispano, transformándolo en una de las piezas más valiosas del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
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Con el paso del tiempo, el edificio fue testigo de los cambios políticos y sociales que marcaron al país. En la época de la Guerra de Reforma, parte de su estructura fue dañada, y hacia 1879 perdió varias de sus capillas. Aun así, su esencia permaneció intacta, resistiendo los golpes de la historia y conservando su encanto original.
No fue hasta 1928 cuando el gobierno estatal decidió darle un nuevo rumbo. El antiguo convento fue adaptado para convertirse en el Museo de Arte Religioso Colonial, y ocho años después, en 1936, reabrió sus puertas bajo el nombre de Museo Regional de Querétaro, con Germán Patiño como su primer director, marcando el inicio de una nueva etapa dedicada a la conservación y difusión del patrimonio histórico.
Arte, historia y tradición en cada sala
El museo está administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y reúne un acervo que cuenta la evolución de Querétaro desde sus raíces prehispánicas hasta el México contemporáneo. Entre sus colecciones hay piezas arqueológicas, etnográficas, coloniales y artísticas, además de objetos religiosos, documentos, muebles y fotografías. Sus cinco salas permanentes ofrecen una narrativa cronológica.
- Querétaro Prehispánico, donde se conservan cerámicas, utensilios y vestigios de antiguas civilizaciones.
- Los Pueblos Indios de Querétaro, dedicada a las culturas originarias y sus costumbres.
- El Convento Franciscano de Santiago, que revive el espíritu evangelizador del siglo XVI.
- Querétaro Virreinal, con esculturas y piezas religiosas, entre ellas el cuerpo momificado de una mujer hallado en el convento de Santa Clara.
- Querétaro en la Historia Mexicana, donde destaca la mesa barroca en la que se firmó el Tratado de Guadalupe en 1848.
Además, el museo cuenta con dos salas de exposiciones temporales, biblioteca conventual, auditorio y espacios interactivos para niños, lo que lo convierte en un punto clave para la difusión cultural y educativa del estado.
Exposiciones que cruzan fronteras
En los últimos años, el museo se ha consolidado como uno de los recintos más activos del país. Una de sus muestras más recientes, “Del Romanticismo a la Modernidad”, reunió 72 obras provenientes del Museo Soumaya y exploró el paso del siglo XIX al XX a través de artistas europeos y norteamericanos como Renoir, Degas, Pissarro y Max Liebermann, además de creadoras como Emma Ciardi y Dorothea Sharp.
La exposición marcó un hito para la ciudad al celebrar los 40 años de presencia del INAH en Querétaro, reforzando el papel del museo como un espacio donde dialogan el arte universal y el talento local.
Un tesoro vivo del patrimonio mexicano
Visitar el Museo Regional de Querétaro es adentrarse en un relato que entrelaza espiritualidad, arte e historia. Con su fachada de cantera y sus patios silenciosos, el antiguo convento no solo preserva el pasado, sino que sigue escribiendo nuevas páginas de la cultura mexicana.
El Museo Regional de Querétaro se encuentra en Corregidora Sur No. 3, en el Centro Histórico de Santiago de Querétaro, y abre sus puertas de martes a domingo, de 9:00 a 18:00 horas. La entrada general cuesta $90 pesos, mientras que estudiantes, maestros, menores de 13 años y adultos mayores pueden ingresar de manera gratuita. Es un rincón donde cada piedra cuenta una historia y cada sala revela la esencia viva de México.