Viajar a las playas mexicanas en temporada alta suele asociarse con multitudes y precios más altos, aunque no siempre ocurre así. México mantiene flujo de visitantes durante todo el año y cada periodo tiene características distintas. Entre abril, mayo, junio, septiembre y octubre generalmente hay menos afluencia y tarifas más accesibles. En cambio, durante las vacaciones de invierno, Semana Santa y el verano, la demanda aumenta y los destinos más visitados tienden a saturarse.
Elegir la fecha depende de tus ganas de actividad o tranquilidad, pero si tienes que viajar en temporada alta, todavía hay lugares donde puedes disfrutar del mar sin sentirte atrapado entre sombrillas ajenas. Durante los meses de mayor tráfico, las ciudades costeras más famosas reciben a miles de personas, lo que hace más complicado encontrar espacios cómodos en la playa. Por eso te llevaremos a mirar hacia otros rincones del país que siguen siendo apacibles incluso cuando todos están de vacaciones.
Te podría interesar
Esta temporada alta que empieza en diciembre no tiene por qué convertirse en una carrera para buscar espacio en la arena. Hay rincones discretos, accesibles y con escenarios increíbles donde puedes pasar el día con calma. No tienes que resignarte a caminar entre grupos enormes de viajeros ni pelearte por una palapa. Es cuestión de elegir bien hacia dónde moverte.
5 playas que están entre las joyas mejor guardadas de México
México tiene más de 11 mil kilómetros de costa entre el Pacífico, el Golfo de California, el Golfo de México y el Mar Caribe. Eso significa que hay espacio de sobra para encontrar playas donde respirar con libertad, aunque no todas se conocen tanto. Con esa variedad en mente, reunimos varias opciones excelentes para disfrutar del mar sin empujones, filas ni ruido excesivo. Aquí van algunas que te pueden salvar el viaje.
1. Playa Tahueca en Oaxaca
Este rincón está junto al poblado de Tahueca, muy cerca de Pochutla, y tiene un ambiente casi intacto. La bahía forma una especie de alberca natural gracias a los rompeolas que bloquean las corrientes fuertes, así que es perfecta para familias. El camino es de terracería, por lo que te conviene llegar en un vehículo adecuado, pero la experiencia al llegar lo compensa. No hay servicios formales, así que tendrás que llevar lo necesario, y eso mismo hace que puedas pasar el día con calma total entre naturaleza, agua clara y una laguna cercana donde se observan aves.
2. San Agustinillo en Oaxaca
Pegadito a Mazunte, San Agustinillo tiene una onda más tranquila que la de otros puntos famosos. Su playa en forma de media luna te invita a descansar. Ahí podrás hospedarte en en cabañas sencillas, disfrutar caminando bajo palmeras y vive la vida más sabrosa con un buen chapuzón. Puedes tomar clases de yoga en la playa al amanecer, tomar una lancha para visitar otras playas y más tarde relajarte con una bebida fría mientras ves cómo avanza el día.
3. Barra de Tampachiche en Veracruz
En Tampico Alto te espera un paisaje con aguas turquesa. Para llegar necesitas tomar carretera y luego una lancha de unos 20 minutos que te lleva a islas casi vírgenes donde se unen mar y laguna. No hay hoteles ni restaurantes, así que tendrás que ir equipado, pero esa ausencia de infraestructura te permite desconectarte por completo. Cerca está La Ribera, conocida por sus mariscos, y la comunidad local suele recibir bien a quienes llegan buscando naturaleza y paz.
4. Playa La Boquita en Colima
Ubicada en la punta norte de la bahía de Santiago, La Boquita tiene un canal artificial con agua bajita y tranquila, excelente para los peques. Los fines de semana hay más movimiento de familias locales. Puedes pasear en lancha, hacer snorkel y nadar en agua templada. En las ramadas preparan ceviches y pescado zarandeado, ¿qué mejor?
5. Playa Madagascar en Jalisco
La arena tiene tonos naranja que contrastan con el azul del mar, y ese es su mayor atractivo ya que se genera un paisaje realmente único. Los expertos dicen que este color aparece por minerales y conchas mezcladas en la arena. Para llegar, puedes caminar 20 minutos entre la vegetación desde Boca de Tomatlán o tomar una lancha económica que te deja directo en la playa. Lo que sigue es tranquilidad profunda, aguas tibias y un silencio que se siente como un regalo.