La muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 marcó el final de una era llena de gestos de cercanía y humildad. El Papa dejó claro, a través de su testamento, cómo quería ser recordado y cómo deseaba su descanso final. A diferencia de otros papas, que descansan en la cripta de la Basílica de San Pedro, él optó por un lugar más sencillo, pero igualmente significativo: la Basílica de Santa María la Mayor.
En su testamento, Francisco especificó con detalle dónde quería que descansaran sus restos: un nicho en la nave lateral de la basílica, entre la Capilla Paolina y la Capilla Sforza, en un sepulcro sencillo, sin adornos ni pompas, solo con su nombre inscrito en latin: "Franciscus".
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El 26 de abril, el mundo se despidió del Papa Francisco en una ceremonia que reunió a más de 200,000 personas en Roma, en un ambiente profundamente conmovedor. El funeral, presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, fue un acto sencillo pero cargado de emoción.
Como él lo había querido, el cortejo fúnebre fue un acto de cercanía, sin grandes formalidades, y su féretro fue colocado con respeto y serenidad en su última morada en Santa María la Mayor, bajo una losa de mármol de Liguria, la tierra de sus abuelos. Así, con la misma sencillez y amor por la humanidad con los que vivió, el Papa Francisco encontró su descanso eterno.
¿Cuál es la historia de la Basílica de Santa María la Mayor?
La Basílica de Santa María la Mayor tiene una larga historia que se remonta hasta el siglo IV y que comienza con un milagro: una nevada en pleno agosto sobre el monte Esquilino, lo que inspiró al papa Liberio a construir un templo dedicado a la Virgen María. Este acontecimiento se convirtió en un símbolo de devoción.
En el siglo V, el papa Sixto III ordenó una renovación importante: en esta etapa que se incorporó una réplica de la gruta de la Natividad, similar a la de Belén. Los mosaicos que adornan la basílica, como los del arco triunfal, son testigos del arte y la espiritualidad de esa época. A lo largo de los siglos, su interior ha sido decorado con detalles que dan cuenta de la evolución del arte cristiano.
La basílica también ha sido objeto de varias restauraciones durante la Edad Media y el Renacimiento, especialmente tras el terremoto de 1348. En el siglo XVI, se añadió un techo dorado por Giuliano da Sangallo, y en la época barroca se realizaron importantes intervenciones, que enriquecieron la arquitectura del edificio con elementos de la época. Ahora ya conoces la historia de la basílica donde fue sepultado el papa Francisco, según su deseo de ser enterrado en un sitio sencillo y cercano a la gente.