Moverse con poco equipaje y de forma astuta no es solo una cuestión de apariencia, sino también de conveniencia y eficiencia. Cada lugar y tipo de clima requiere una organización distinta, y no hacerlo bien puede implicar gastos innecesarios, pérdida de tiempo y hasta afectar la experiencia del viaje.
Quienes están acostumbrados a trasladarse seguido lo tienen claro, todo empieza por organizarse con anticipación, investigar bien el sitio al que se va y aprovechar cada espacio del bolso de forma inteligente.
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Uno de los fallos más habituales es incluir prendas “por las dudas” que terminan sin usarse. Por eso, antes de guardar todo, es útil pensar en cada conjunto que se va a usar y optar por opciones combinables.
Las tonalidades básicas, los objetos que no se arrugan con facilidad y las capas livianas que se pueden superponer son aliados clave. Además, enrollar la ropa ayuda tanto a que ocupe menos lugar como a que llegue sin problemas.
Si viajas a un destino cálido
- Prioriza ropa liviana, de secado rápido y colores claros.
- No olvides gorra, anteojos de sol, protector solar y traje de baño.
- Lleva sandalias cómodas y un calzado cerrado por si llueve.
- Un pareo multifunción puede servir como toalla, manta o vestido.
Si viajas a un destino frío
- Apuesta por ropa térmica y abrigos livianos pero potentes.
- En vez de llevar muchos buzos, usa el sistema de capas.
- Guantes, gorro y bufanda ocupan poco y hacen gran diferencia.
- Las remeras térmicas ocupan poco y abrigan muchísimo.
Si vas a un clima variable o húmedo
- Lleva campera impermeable liviana y una muda extra siempre seca.
- Ropa de secado rápido es clave para no cargar con prendas húmedas.
- Un paraguas pequeño o piloto puede salvar el día.
Lo que nunca debes olvidar
Los artículos de cuidado personal también deben tener su lugar, en envases pequeños, bien cerrados y en cantidades moderadas. Lo mismo ocurre con los zapatos: tres pares son más que suficientes. Algo que suele olvidarse es reservar espacio para lo que se compra durante el viaje; una buena solución es llevar una mochila compacta adicional, lista para usarse en el regreso.
Para no cometer equivocaciones a último momento al armar tu bolso de viaje, es recomendable tener en cuenta ciertos tips básicos. Elaborar un listado antes de empezar facilita identificar lo imprescindible y chequear lo que ya está dentro.
Incorporar separadores o bolsas organizadoras dentro del equipaje permite distribuir correctamente las prendas, los objetos personales y los artículos de tocador, manteniendo todo en su sitio. Si tu traslado será en avión, elegí llevar puesto lo que ocupe más volumen, así ganás espacio útil.
Por otro lado, si no estás seguro del peso autorizado, es mejor pesar el equipaje en tu casa para no llevarte disgustos en el aeropuerto. También es importante evitar colocar pertenencias valiosas dentro de la valija que va en bodega, ya que podrían perderse o romperse durante el traslado.
Saber preparar bien el equipaje no es una fórmula exacta, pero sí es una destreza que se mejora con el tiempo. Y mientras más se practica, más placentero resulta el viaje desde el primer momento.