México cuenta con paisajes espectaculares que roban el aliento, a lo largo de todo el territorio se encuentran playas de gran belleza, montañas repletas de bosques, selvas majestuosas y formaciones rocosas que impactan por su grandiosidad. Desde Chihuahua hasta Puebla podemos admirar estas caprichosas esculturas que parecen talladas por la mano del hombre, muchas de ellas sorprenden por su parecido a figuras de animales.
La geografía de nuestro país está llena de montañas, volcanes y esculturas de piedra que fueron esculpidas a través del tiempo, muchas de ellas son escenario de películas de Hollywood y otras se pueden admirar desde lo alto, sin embargo todas sorprenden por su belleza y grandiosidad. Si quieres conocerlas, estas son cinco de las formaciones rocosas más espectaculares de México que se ubican a lo largo y ancho del territorio.
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Valle de los Monjes y Valle de las Ranas, Chihuahua
Ubicados en pleno corazón del Pueblo Mágico de Creel, en las Barrancas del Cobre en Chihuahua se encuentran los valles de los monjes y de las ranas, el primero es conocido por los rarámuri como "Bisabirachi" que significa valle de los penes gigantes pues está repleto de espectaculares formaciones rocosas de más de 15 metros de altura, aunque no se puede subir a ellas, existe un mirador natural al que se puede ascender para admirar el valle en todo su esplendor. El Valle de las Ranas es otro escenario natural donde se pueden admirar piedras gigantes en forma de ranas. En el lugar puedes encontrar a los tarahumaras que ofrecen artesanías de hoja de pino, madera y semillas.
Jardín de Piedras, Durango
Ubicado en Mexiquillo, Durango el jardín de piedras es un lugar mágico que parece salido de otro planeta, ahí se encuentra un valle repleto de formaciones rocosas de gran tamaño, algunas de ellas alcanzan los 8 metros de altura, este insólito paraje ha sido escenario de algunas películas hollywoodenses y de acuerdo con los especialistas este lugar se formó hace millones de años cuando el magma de un volcán cercano cubrió este lugar. No todas las rocas se pueden escalar, solo en algunas de ellas hay autorización para subir. El Jardín de Piedras se ubica en un área que abarca 13 mil 475 hectáreas donde además hay una reserva ecológica conformada por bosques, cascadas y barrancas.
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Dedo de Dios, Michoacán
Maruata es una playa semi virgen ubicada en las costas de Michoacán, ahí se encuentra una de las formaciones rocosas más bellas del pacífico mexicano, se trata de una enorme roca que nace desde las profundidades del mar y que es conocida por los lugareños como Dedo de Dios pues es muy similar a una mano humana con un dedo que apunta hacia el cielo. Está rodeada de riscos y rocas de color blanco que contrastan con el azul profundo del mar. Se encuentra a unos metros de la orilla de la playa y se puede llegar desde el cerro que divide la bahía. No es recomendable nadar hasta ahí pues las olas la golpean con gran fuerza.
Prismas Basálticos, Hidalgo
Ubicados en la barranca de Santa María Regla, en Huasca de Ocampo, los prismas basálticos son enormes formaciones rocosas de piedra volcánica que se formaron hace millones de años. Sus paredes tienen la forma de figuras geométricas perfectas y fueron talladas a capricho de la naturaleza. Estos prismas se bañan con las cuatro cascadas que alimentan las aguas de la presa de San Antonio Regla y son el escenario perfecto para disfrutar en un fin de semana. En el lugar hay áreas verdes, asadores, juegos infantiles, canchas deportivas, puente colgante, miradores y andadores.
Valle de las Piedras Encimadas, Puebla
Zacatlán de las Manzanas en Puebla acoge un valle de rocas encimadas que miden entre 10 y 20 metros de altura y están rodeadas de pinos. Este paraje sorprende por sus espectaculares formaciones rocosas que parecen haber sido colocadas unas encima de otras. Se trata de piedras volcánicas que, según los expertos fueron arrojadas por un volcán. El acceso al sitio no tiene costo pero es recomendable dejar un donativo que ayuda a la conservación del entorno. En el lugar se pueden realizar recorridos en bicicleta, senderismo, tirolesa y disfrutar la gastronomía local en los paradores turísticos.