A 25 minutos de Ciudad Valles, en pleno corazón de la huasteca potosina está Taninul, las aguas termales más bellas de San Luis Potosí, este paraje natural oculto entre montañas y la espesura de la selva es un paraíso para amantes de la naturaleza y de las termas pues ofrecen la oportunidad perfecta para desconectarte de la ciudad y relajarse en las piscinas naturales que funcionan como jacuzzis.
Además de las bellezas naturales que se esconden en la huasteca también es posible complementar la aventura con una visita a las zonas arqueológicas aledañas como la de Tamtoc, una de las más grandes y sorprendentes de este estado inmerso en el altiplano. Además encontrarás cascadas, lagunas, sótanos llenos de vida y lugares para emprender aventuras llenas de adrenalina.
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Dónde están las aguas termales de Taninul
Las aguas termales de Taninul están en una reserva natural que se extiende por un área en la que nace un manantial de aguas termales. Ahí se encuentra un hotel ecológico en el que es posible vivir una experiencia totalmente relajante en medio de la naturaleza. El fondo de esta alberca es de barro natural que puedes aplicar en tu piel para dejarla como nueva ya sea antes o después de entrar al agua.
Estas aguas sulfurosas tienen grandes beneficios para la salud pero también un olor particular al que tendrás que acostumbrarte poco a poco, son perfectas para descansar pues la temperatura del agua varía entre los 30 y los 50°C. Es importante mencionar que cuando el agua está más caliente solo debes permanecer unos minutos dentro de ellas para no tener ningún problema, cuando la temperatura es menor puedes quedarte hasta dos horas.
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El hotel también tiene una tirolesa y kilómetros de áreas naturales para explorar la naturaleza única de la región. No te puedes perder la experiencia de entrar al temazcal al caer la noche, ya que aquí el ritual se realiza apegado a la tradición y es guiado por mujeres totonacas. Después de esta sesión para desintoxicar el cuerpo, te darán un masaje relajante y un té de hierbas para rehidratarte mientras escuchas los sonidos de la naturaleza y disfrutas el cielo estrellado.
Las habitaciones son ideales para los que viajan en familia o con un grupo de amigos, pues tienen cupo de dos hasta seis personas. El restaurante sirve platillos tradicionales de la huasteca como enchiladas de cecina y las famosas acamayas o langostinos de río además de las gorditas de maíz quebrado rellenas de guisado. Y no olvides probar el jobito, el licor tradicional elaborado del árbol de jojoba.