Cada escapada con amigos, familia o pareja tiene el objetivo de eliminar el estrés que acompaña a la ciudad, por lo que los viajes se vuelven una parte importante en la vida de las personas, quienes buscan conocer lugares mágicos, dentro y fuera del país que habitan. Ejemplo de ello, es la Reserva Natural Integral de Tsingy de Bemaraha.
Localizado en la zona oeste de Madagascar, encontrarás un mágico e increíble bosque de piedras, un lugar poco común formado a partir de una capa de piedra caliza con muchas grietas pequeñas, resultado del clima tropical en el que se encuentran, ya que el agua erosiona y ensancha la grieta.
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Bosque de Piedra
Tsingy significa: "Donde no puedes caminar", y el bosque ha tomado este extraño nombre porque es el modelo de piedra que más se encuentra en este sitio, puesto que puede ser un territorio muy hostil para personas no acostumbradas a este tipo de terreno. Aun así, ofrece uno de los paisajes más singulares, no solo de la isla de Madagascar, sino del mundo entero. Un dato interesante del lugar es la altitud que caracteriza a algunas de las formaciones rocosas. Pueden medir desde seis metros y llegar hasta 80 metros de altura.
Un curioso paisaje
No obstante, no solo la estructura es impresionante, sino que es excelente para quienes disfrutan de la riqueza paisajística y descubren una fauna y una flora salvajemente únicas. Tsingy alberga alrededor de 17 especies de reptiles endémicos, 11 especies diferentes de lémures y seis especies de aves. Aparte de cierto roedor, Nesomys Lambertoni, que solo se ha visto en esta reserva.
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Tal es la riqueza y belleza que posiblemente es uno de los paisajes más emblemáticos de Madagascar, fue incluido, en 1990, en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, pero ese no es el único premio que tiene este parque natural calizo. Según World Records Guinness es el bosque de rocas más largo del planeta, cuya superficie se estima en más de 600 kilómetros cuadrados.
Además del indudable atractivo estético de un paisaje casi surrealista, al llegar aquí es cuando llega el momento de dejarse llevar por lo que ven nuestros ojos. Basta explorar un poco para descubrir este y otros lugares que cautivan el corazón con su particular esencia.