Los días son largos en AlUla. Entre las rocas monumentales que cuentan la historia geológica y cultural de la región, y los cielos irresistiblemente estrellados que iluminan sus noches, las horas parecen entretenerse en el horizonte, como si este fuera su primer día y cada instante tuviera tiempo para detenerse a admirar los detalles más delicados de un presente, dinámico y emocionante, que resguarda tanto pasado.
Llamado “el museo al aire libre más grande del mundo”, desde hace milenios las rutas comerciales que conectaban al Mediterráneo y el Cuerno de África, con el Oriente asiático, hicieron de este oasis un lugar de encuentro en donde más de 200 mil años de historia humana se han integrado al paisaje para hacerle frente al paso del tiempo.
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Hoy, tanto la Incense Road que renace en la ciudad vieja, delineada por tiendas de antigüedades, galerías de arte y terrazas fotogénicas; los hoteles de lujo que dialogan con el desierto, y los increíbles escenario naturales reimaginados como puntos de reunión simbolizan el carácter de una región que ha sabido tomarse el tiempo para admirar su pasado y encontrar ahí las claves para proyectar su futuro.
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Regreso a la tierra
Con evidencias de asentamientos humanos que se extienden más allá del primer milenio y una impresionante colección de tumbas nabateas –la misma civilización responsable de las tumbas de Petra, en Jordania– excavadas al interior de los colosales monolitos de arenisca y cuyas elocuentes fachadas narran las historias de las familias que las construyeron, Hegra –en árabe, Madain Saleh y Al-Hijr– es uno de los sitios históricos más cautivadores en el país.
Bajo las estrellas
Al tanto de la promesa turística de AlUla, en donde la historia y la naturaleza se encuentran con algunos de los cielos nocturnos más oscuros del mundo, cadenas hoteleras, como Habitas y Banyan Tree, se han apurado a inaugurar expansivos hoteles que parten de los fundamentos arquitectónicos, culinarios y de bienestar característicos de la región para desplegar una oferta de hospedaje con verdadero sentido de pertenencia y animada por la celebrada hospitalidad local.
Al atardecer
Conocida localmente como Jabal AlFil, la Roca del Elefante es una de las formaciones naturales más emblemáticas de AlUla. Cuando el sol comienza a caer, esta maravilla geológica que parece cambiar de color con el paso del día, presenta sus tonalidades más radiantes, levantadas contra la coreografía de lilas, magentas y azules que nos envuelve desde el cielo. Con asientos “sumergidos” en la arena y fogatas para calentar la noche, es el sitio perfecto para despedir la jornada.
Para compartir
La vocación de AlUla como un lugar de encuentro, ubicado a medio camino de los rincones más alejados del planeta, también sobrevive en su enérgica escena culinaria, nutrida por restaurantes y equipos de cocina que han encontrado inspiración más allá de sus fronteras. Un ejemplo es Daimumah, un proyecto, nombrado así por la palabra árabe para “sostenibilidad”, que reúne técnicas de cultivo ancestrales con técnicas de cocina modernas para ofrecer platillos tradicionales en un ambiente desenfadado y bajo un estricto compromiso con el entorno.
Espectáculo vivo
Construido en 2018, el icónico edificio Maraya –el inmueble envuelto en espejos más grande del mundo– se ha convertido rápidamente en el monumento arquitectónico más representativo de AlUla. Utilizado como una foro para conciertos, espectáculos culturales y exposiciones, ha recibido a presentadores y artistas nacionales, además de actos internacionales, como Alicia Keys, John Legend y OneRepublic.