Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada, ha impactado con su historia viajera, ya que se trata de un apasionado de las embarcaciones pequeñas, la cual lo ha llevado a cumplir el sueño de darle la vuelta al mundo. Literalmente. Aunque han surgido complicaciones en el camino, como el encierro por la llegada del Covid-19, tal parece que logrará completar la misión a bordo de su embarcación "Numancia", la cual esconde un significado muy valioso para él.
La pasión por los viajes y la navegación son solo una parte de la vida de Álvaro de Marichalar, puesto que se desempeña como Académico de la Gran Academia del Mar, explorador, empresario y conferencista. Además forma parte de una de las familias de la aristocracia española y cuenta con varios récords mundiales de navegación. Fue piloto de aviación y prestó su servicio al Ejército del Aire, pero un accidente lo obligó a abandonar su vocación de piloto de combate.
Te podría interesar
Álvaro de Marichalar, el navegante español que quiere darle la vuelta el mundo
En los últimos 30 años, Álvaro ha llevado 39 expediciones, todas a bordo de una embarcación tipo moto acuática y en la actualidad se ha centrado en lograr realizar uno de sus sueños: darle la vuelta al mundo. Es por eso que en esta ocasión, el Heraldo de México tuvo la oportunidad de hablar con él para adentrarnos 'mar adentro' de sus sueños y el cómo ha logrado aventurarse a darle la vuelta al mundo y las complicaciones a las que se ha enfrentado en el camino.
¿Qué pensabas de pequeño?, ¿pensabas que ibas a hacer esto?
Te podría interesar
La mar es una gran catedral, es un lugar de reconocimiento y universidad. Es el espacio del saber, porque ahí uno se ve de manera precaria y tienes que investigar. Mediante el crecimiento y el respeto personal puedes alcanzar ese conocimiento frente a los demás y la naturaleza. Por eso yo desde muy pequeño sentí que la mar significaba todo eso y me atrajo muchísimo estar en ella en cualquier tipo de embarcación, la verdad.
La embarcación no es tan importante, importante es lo que ese espacio de conocimiento puede edificar en tu persona si lo reconoces así, como una universidad de conocimiento radical. Por eso sentí esa atracción que desde muy joven. Y ahora mi propósito es hacer la vuelta al mundo, conmemorando el V Centenario de la primera vuelta al mundo, que se considera la aventura más importante conseguida por la humanidad. Desde el punto de vista del conocimiento supuso saber dónde estamos. Y yo quiero homenajear ese gran acontecimiento que hicieron Juan Sebastián Elcano y Fernando de Magallanes, que fue la persona que lo inició.
Muchas veces la gente piensa que al venir de una familia acomodada, no tiene ninguna carencia, pero ¿has pasado algunas dificultades durante tus expediciones?
Efectivamente, hay un problema, quizás, en la sociedad desde siempre, pero más ahora, de prejuicios por la procedencia, la raza, su cultura o religión. Lo que es la nobleza, aristocracia, es una actitud ante la vida. Cualquier persona puede ser noble o villano, la única nobleza que existe, decía mi madre, es la virtud.
Si tú tienes un antepasado que ha sido aristócrata importante, o el mejor fontanero, o el mejor jurista, y tiene un reconocimiento social histórico, por ser su heredero la gente te mira con un respeto que no te has ganado, sino que se lo ha ganado tu abuelo o tu bisabuelo o tu padre. Tienes todavía más obligación a portarte lo suficientemente bien como para no deshonrar a la persona que ganó esos títulos o ese prestigio. Tienes más responsabilidad al proceder de una familia noble. Es por eso por lo que a veces se asocia la aristocracia a la economía, lo cual es un error. Hay muchas personas que tienen unos nombres muy importantes, pero están sin un centavo.
Lo que sí tiene que ver es el que tú te adaptes a cualquier circunstancia en cualquier momento para poder seguir adelante con tu vida. A partir de ahí te pones unas metas y unos deseados a partir de los talentos que Dios te ha dado, pero para eso tienes que saber reconocerlos y ponerlos a funcionar con la mayor determinación y esfuerzo para hacer de tu vida una misión, aunque eso signifique renunciar a ciertas comodidades. Es importante que esas comodidades que te alejan de tu misión no sean determinantes en tu actuación, que no te pare en la misión que Dios te deja hacer. La comodidad equivale a la cobardía. Hay que afrontar los problemas y hay que ponerse en pie ante la vida, eso es la nobleza.
¿Cómo fue esa primera vez, esa primera expedición, cuando tú tenías toda la comodidad y te encuentras solo?, ¿cómo decides hacerlo tú solo?
A mí se me ocurre hacer este tipo de travesías o expediciones al igual que cuando se me ocurre montar una empresa. Todo ocurre en el mismo mundo y no podemos huir de nada. Debemos afrontarlo, porque todo es afrontable si tenemos la voluntad, la ilusión y la determinación para hacerlo.
¿Cómo va esta vuelta? Porque esta puede ser más importante en tu carrera, me supongo.
Esta vuelta es la más importante porque es la más larga, la más ambiciosa. Hasta entonces, la más larga que había hecho fue en 2002 entre Roma y Nueva York, que fueron 10.000 millas. Esto es 6 veces más, y por eso es mucho más difícil en muchos sentidos. Es mucho más tiempo, más compromiso, más difícil en todos los aspectos, pero no por ello es la más peligrosa (aunque el peligro siempre sea algo sustancial en cualquier expedición, sobre todo en la mar). Pero es una expedición que exige mucha logística, mucha reparación... Pero puede ser la más bonita al ser la más larga y viendo todo el mundo. Es una cosa impresionante y me está educando mucho. Eso es lo más gratificante.
¿En qué etapa te encuentras?, ¿cuánto te falta para terminar la vuelta?
He completado la primera fase, la cual consta de cuatro etapas. He recorrido el tramo de Sevilla – Gibraltar, después de Gibraltar crucé el Mar Caribe hasta la Isla de Guadalupe, la tercera etapa fue desde la Isla de Guadalupe hasta Florida. Allí, tuve que esperar dos años por la epidemia del Covid-19, y la cuarta etapa fue desde Miami alrededor del Golfo de México, Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica hasta llegar a Panamá.
Esa es la primera fase del viaje. Ahora me toca cruzar el canal y remontar todo Centroamérica, la costa pacífica de México, California, Oregón, Washington, todo Canadá y Alaska, lo que corresponde a la segunda fase. Posteriormente, cruzaré de Alaska a Rusia para descender a Japón, Corea, China, Taiwán, Filipinas, Indonesia y toda Asia hacia el Mediterráneo de vuelta a España. Me quedan tres años todavía, es decir, he hecho el 20% de la vuelta al mundo.
¿Hay veces que te quieres dar por vencido?
Por vencido no te puedes dar nunca en una decisión personal. Cuando tú decides algo de una manera firme y comprometida no puedes plantearte tirar para atrás, es imposible. El momento de tomar la decisión es lo importante, ahí es donde tienes que sopesar todos los pros y contras, pero no te puedes amedrentar cuando la decisión ya está tomada.
Por eso, también me inspira mucho el nombre de mi embarcación, que es un nombre indígena hispano prerrománico de hace veintidós siglos cuando España era la provincia del Imperio Romano que se llamaba Hispania. La mayoría de los pueblos indígenas quisieron adaptarse a Roma, pero otros no querían a Roma y lucharon por mantener su libertad, recluyéndose en una ciudad llamada Numancia, y ahí resistieron hasta el final hasta que acabaron suicidándose antes de rendirse. Por eso decidí apadrinar bajo ese nombre a mi embarcación. Roma les admiró tanto que les declaró invictos. Ese es el origen de España y por ende de la comunidad Hispanoamericana. Además, estas ruinas se descubrieron en mi finca familiar en Soria y eso es lo que a mí me motiva, porque esa gente jamás se rindió, aunque el enemigo fuera más poderoso. Como en mi caso, que la mar es mucho más poderosa que yo, pero con determinación, sacrificio, ilusión y esperanza puedes conseguir lo que sea. Lo que importa no es el tamaño de la embarcación, sino el tamaño del sueño.
Álvaro, ¿qué piensas en tu embarcación durante horas navegando en alta mar, que ves ese horizonte tan infinito?
Piensas lo que sientes, es lo bonito. Tienes un sentimiento de precariedad, de estar en la creación de Dios, de estar conectado con el tiempo y el espacio. Estás en tu esencia constante. Piensas en Dios por que lo sientes, piensas en tu vida porque la sientes, piensas en lo ínfimo y precario del ser, en la fragilidad de lo que es estar vivo. Esa es la mejor escuela para sentir y para pensar y edificarte desde la verdad absoluta.
¿Cómo es tu alimentación?, ¿llevas algún tipo de alimentación especial?
Pues es difícil comer, no hay alimentación especial posible. Yo contaba con un barco de apoyo únicamente en el tramo de Gibraltar a la Isla de Guadalupe, que fueron 3.600 millas en 15 días, que me iba proveyendo de combustible y comida. El resto de la expedición estoy solo, sin barco de apoyo, y eso significa que tengo que ir parando para repostar combustible, agua y alimentos. Esto puede suceder una vez al día o una vez cada dos o tres días. Suelo comer una o dos veces al día o dos veces cada tres días, es algo que es totalmente anárquico y hay que estar preparado para eso. No hay que tener hambre porque no haya nada de comer. La mente controla el físico. Lo único que hay que tener siempre a mano es agua. También bebo a veces agua del mar, como medio litro diario para recuperar sales minerales y yodo. Es como medicina. Me lavo los dientes con agua del mar, mis necesidades fisiológicas las hago en el cuarto de baño más grande del mundo y todo lo demás es un horizonte.
¿Tienes alguien que te apoye en México? Me imagino que tú debes tener contactos en todo el mundo
Tengo la gran ilusión de volver a México. Ya he recorrido todo el Golfo de México y la parte Atlántica y en la próxima fase navegaré toda la parte Pacífica. Aparte de la vuelta al mundo es la vuelta a México, por el cien por cien de la costa mexicana con la embarcación más pequeña de la historia. Estoy haciendo un documental para enseñar el mundo al mundo y quiero filmarlo todo de mis viajes.
Quiero transmitir la cultura, la historia, los pueblos, los problemas medioambientales que han creado la codicia humana, pero no solo quiero mostrar los problemas, sino también las soluciones, y en esto México tiene un papel fundamental. Yo estoy utilizando ahora una gasolina que produce una compañía mexicana que se llama Plastic 2 Energy, en Cancún, que está destilando gasolina proveniente de basura plástica de Cancún, volviendo a crear petróleo con el plástico basura. Por lo tanto, mediante el documental que estoy creando, estamos intentando enseñar al mundo que también hay soluciones a este tipo de problemas, pero primero hay que ser conocedores de estos problemas. México da muchas soluciones que muchas veces la gente no conoce, por eso la etapa mexicana me hace muchísima ilusión.
¿Hay algún detalle o alguna escena de alguno de tus viajes que te haya marcado?
Muchas. Lo que más me ha marcado es algo que ocurre constantemente y eso lo hace muy bonito, porque lo que más me ha marcado en mi vida me sigue marcando cada día, que es la presencia absoluta y mágica de Dios en la mar. Es una de las razones por lo que sigo haciendo todo esto. Dicho eso, todo lo que Dios ha creado, a veces te marca más que cualquier otra cosa, por ejemplo gente maravillosa, como un viejito que me ayudó muchísimo en Haití (al que yo empecé a llamar “mi faro”) haciendo un fuego en la playa durante una noche cerrada. Estas cosas te dan la fuerza de la humanidad, de la humanidad que Dios quiere.
Contigo necesitaría días y días para poder hablar de tus experiencias. Es muy emocionante escucharte hablar de tus aventuras, ¿quisieras añadir algo más?
Cuando intentas proclamar tu experiencia, lo haces para ayudarte y ayudar a más personas. Y ojalá que con este artículo podamos ayudar juntos a una persona que no tenga claro lo importante que es el compromiso y el respeto a uno mismo para no traicionarte nunca. Por eso es muy importante transmitir al pueblo mexicano, al pueblo boliviano, al español, al ruso, al chino o al sudafricano que esté muy orgulloso de quién es, porque es obra de Dios. Eso es el orgullo de ser quién eres como persona y como patriota, que es lo que hace que nos ayudemos y nos apoyemos unos a otros y que nunca rechacemos la verdad de lo que somos.
Hasta el cierre de esta nota, Álvaro de Marichalar se encuentra en Panamá en espera de poder continuar con su expedición, ya que requiere de algunos permisos para poder cruzar el canal, además de estar realizando reparaciones a su embarcación antes de volver a adentrarse al mar.
Cuando se despeje seguiré adelante, si Dios quiere.
Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada.