La Semana Santa no solo quiere decir días de vacaciones, para muchos católicos es una época de reflexión al rememorar los últimos días de Cristo en la tierra; su muerte y resurrección. El origen y significado de este periodo se recuerda con las tradiciones de cada lugar donde predomina la religión católica, y Morelia, Michoacán es uno de ellos, pero que lo hace con tal fervor, que es un evento digno de presenciarse alguna vez en la vida.
En especial, la Procesión del Silencio, que reúne a mucha gente -local y turistas- en las calles del centro de Morelia para acompañar un recorrido en el que, por el duelo que significa, todos van sin decir palabra.La Procesión del Silencio se lleva a cabo en Viernes Santo, que en este año será el 7 de abril, así que si pasarás tus vacaciones en Michoacán, no dejes de asistir a la capital y acompañar esta caminata nocturna.
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Lo que debes saber de la Procesión del Silencio en Morelia
Para empezar, es una tradición que se viene replicando en algunos lugares de México desde el siglo XVIII, posterior a la Conquista. En Morelia, Michoacán, se reúnen las cofradías o agrupaciones de creyentes desde las 7 de la noche en la Calzada Fray Antonio de San Miguel, para iniciar a las 10 de la noche el recorrido que abarca la Avenida Francisco I. Madero, el Centro Histórico, la Catedral, Plaza de Armas y Plaza Valladolid.
La organización corre a cargo de las cofradías
Antes de iniciar la procesión, se reparten velas a todos los asistentes que acompañarán a las imágenes religiosas. Son cerca de 2 mil personas, incluidas las cofradías conformadas por los grupos apostólicos de los diferentes templos de la ciudad, por vecinos de barrios o de la iniciativa privada. Cada cofradía se distingue por la vestimenta; algunos van de soldados romanos, otros de verdugos, y también llevan imágenes de Cristo crucificado y de la Virgen de la Soledad.
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Una noche en que nadie platica, solo se escuchan los tambores y algunas 'saetas'
Tan parecida a la Semana Santa de Sevilla, España, de donde tiene su origen esta procesión, además de los pasos de los asistentes, solo se escucha esporádicamente el retumbar de tambores y las "saetas", como se les llama a unas breves coplas -muy solemnes- cantadas a capela, que son entonadas en 11 paradas del recorrido, ya marcadas por 11 balcones, donde la gente se detiene para escucharlas.