A una hora de la Ciudad de México encuentras el Monte Tláloc, el templo más alto del mundo, pues está a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Este lugar casi desconocido es también llamado como Tlacotépetl, un volcán inactivo donde encontramos los restos de un antiguo templo dedicado al dios de la lluvia.
¿Dónde está el Monte Tláloc?
Sí, aunque la mayoría pensaría que el templo prehispánico más alto del mundo está en otro continente, la realidad es que está más cerca de lo que creemos, pues está a tan solo una hora de la Ciudad de México. Se trata de una zona arqueológica ubicada 4,120 metros sobre el nivel del mar entre los municipios de Ixtapaluca y Texcoco en el Estado de México y forma parte del Parque Nacional Izta-Popo, una de las primeras reservas naturales de México.
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¿Qué pasó en el Monte Tláloc?
Los pueblos construyeron una calzada que llega hasta el templo ubicada en el punto más alto para adorar a Tláloc. La devoción al dios de la lluvia se debía a la cercanía con el Lago de Texcoco así como los manantiales y ríos que brotaban del deshielo y proveían de agua a los pueblos del valle. Estos vestigios arqueológicos datan del 300 al 350 d.C. En este lugar cada año, el tlatoani subía la montaña acompañado de los jefes de Texcoco y Culhuacán donde adornaban una estatua de Tláloc con tocados y brazaletes. El Monte Tláloc fue considerado uno de los puntos sagrados de mayor importancia para los pueblos de la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan).
El Instituto Nacional de Antropología e Historia menciona que además de ser un Templo donde se veneraba a Tláloc, la montaña fue también un observatorio astronómico donde se realizaban rituales para atraer buenas cosechas y mantener un equilibrio con la naturaleza; además, la altura permitía vigilar la zona de posibles ataques. El sitio de igual manera fue un importante lugar de peregrinaje, pues las personas acudían a pedir favores al dios de la lluvia.
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La Montaña Fantasma
Este lugar nos regala un fenómeno sorprendente conocido como la “Montaña Fantasma”. Entre el 7 y 12 de febrero, el sol se alinea entre el Pico de Orizaba, la Malinche y el Monte Tláloc, lo que ocasiona que al amanecer la sombra provoque el efecto de una super montaña fantasma; lo curioso es que estos días coinciden con el inicio del calendario mexica.