Pocas celebraciones reflejan tan bien la identidad mexicana como el Día de Muertos, y en el Estado de México hay un lugar que se ha convertido en sinónimo de esta tradición, Toluca. Cada año, la capital mexiquense se transforma en un escenario lleno de flores de cempasúchil, catrinas monumentales y el aroma dulce del alfeñique, convirtiéndose —según la inteligencia artificial— en el municipio que mejor preserva y celebra esta fecha.
Elegida por su autenticidad, su oferta cultural y el gran número de actividades que reúne durante más de un mes, Toluca encabeza el ranking gracias a su famosa Feria y Festival Cultural del Alfeñique, el desfile de “Catrineando” y sus recorridos nocturnos en los panteones históricos. Esta combinación de arte, gastronomía y misticismo logra lo que pocos lugares: mantener vivas las raíces indígenas y coloniales que dieron origen al culto a los difuntos.
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Durante todo octubre y los primeros días de noviembre, el centro histórico de Toluca se viste de gala. Los Portales, la explanada del Mercado Juárez y las plazas principales se convierten en el alma de la festividad, donde los visitantes pueden encontrar desde figuras de azúcar hasta talleres gratuitos para aprender a elaborar los tradicionales dulces que dan nombre a la feria.
Pero más allá de su magnitud, lo que distingue a Toluca es la pasión con la que su gente vive el Día de Muertos. Las familias locales participan activamente en la creación de ofrendas monumentales, concursos de altares y desfiles, preservando una tradición que ha pasado de generación en generación.
Toluca, el alma dulce del Edomex
La Feria del Alfeñique es el corazón de la temporada. Cada año, más de 800 actividades culturales llenan de color las calles: música, danza, teatro y exposiciones que atraen a miles de visitantes. Los artesanos mexiquenses elaboran a mano calaveritas, catrinas y ataúdes de azúcar con técnicas heredadas desde la época colonial. Estos dulces, elaborados con caña y moldeados con arte, son parte esencial de las ofrendas que honran a los seres queridos.
Además, la feria cuenta con conciertos gratuitos, talleres para niños y el tradicional Pasaje de Muertos, un recorrido decorado con papel picado y esculturas gigantes que representa la unión entre la vida y la muerte.
Catrinas, leyendas y flores de cempasúchil
El 1 de noviembre, Toluca vibra con Catrineando, el desfile de catrinas más grande del país, donde miles de personas se maquillan y desfilan entre luces, música y carrozas alegóricas. Esa misma noche, los panteones General y Municipal ofrecen recorridos nocturnos llenos de leyendas locales y escenificaciones teatrales que recuerdan la conexión espiritual con quienes ya partieron.
En comunidades cercanas, como San Francisco Putla, se cultivan las flores de cempasúchil, alhelí y nube que adornan los altares y tumbas. Mientras tanto, en Metepec, los artesanos crean figuras de barro inspiradas en la muerte, mostrando que el arte y la memoria también florecen en otras zonas del valle.
Toluca no solo preserva sus raíces, sino que las reinventa. Con actividades para toda la familia, un ambiente seguro y gratuito, y una tradición que combina lo indígena con lo colonial, la ciudad demuestra por qué, según la IA, es el municipio con las mejores tradiciones de Día de Muertos del Estado de México.