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¿Cuál es el municipio de Morelos más cerca de la CDMX para ir el Día de Muertos, según la IA?

Tlayacapan, el Pueblo Mágico más cercano a la CDMX, se llena de flores y copal cada noviembre. La IA lo destaca como el destino ideal para vivir el Día de Muertos.

Municipios.El municipio de Morelos para ir el Día de MuertosCréditos: Canva
Escrito en DESTINOS el

Entre las montañas del norte de Morelos, a menos de dos horas de la Ciudad de México, se encuentra Tlayacapan, un Pueblo Mágico donde la tradición y la espiritualidad se mezclan en cada calle durante el Día de Muertos. Sus casas de teja, sus calles empedradas y su famoso ex convento San Juan Bautista, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se llenan de colores, aromas y sonidos que evocan el regreso de los difuntos.

Durante esta temporada, el municipio se convierte en un homenaje vivo a la memoria y a la identidad mexicana. Las familias preparan sus altares con pan, flores y copal, mientras las bandas de viento acompañan el tránsito hacia el panteón, donde la “alumbrada” se transforma en una noche de música, oración y nostalgia.

A diferencia de otros destinos turísticos, Tlayacapan mantiene un equilibrio entre la devoción y el turismo comunitario. Sus habitantes abren las puertas de sus casas para que los visitantes puedan admirar las ofrendas, probar un tamal o compartir café. Esta hospitalidad es lo que ha hecho que, según diversas fuentes y plataformas impulsadas por inteligencia artificial, el municipio se posicione como el mejor lugar para vivir el Día de Muertos cerca de la CDMX.

Además, su cercanía con la capital lo convierte en una escapada perfecta, es un viaje corto, pero con una inmersión cultural profunda, donde se puede sentir la magia de una tradición que se niega a ser espectáculo y sigue siendo parte del alma del pueblo.

Tlayacapan: tradición viva en el corazón de Morelos

El Festival “Culto a los Muertos”, celebrado del 28 de octubre al 2 de noviembre, reúne en Tlayacapan doce formas distintas de ofrendar del estado de Morelos. Este evento ofrece conciertos, caminatas de catrinas, talleres, exposiciones y la esperada participación de la Banda Brígido Santamaría, una de las agrupaciones más antiguas de México, que acompaña la velación en el panteón con marchas fúnebres.

Los altares que se instalan en plazas, capillas y calles reflejan la mezcla entre lo indígena y lo católico. Se colocan flores de cempasúchil, copal, sal, velas, fotografías y los platillos preferidos de los difuntos. Cada elemento tiene un sentido simbólico, el agua purifica, el pan representa el cuerpo, y las velas guían el regreso de las almas.

Un destino impulsado por el turismo comunitario

El Gobierno de Morelos proyecta para 2025 una derrama económica de 73 millones de pesos y la llegada de más de 220 mil visitantes durante las celebraciones. Sin embargo, más allá de los números, el verdadero valor está en cómo la comunidad de Tlayacapan mantiene vivo su legado.

Los visitantes pueden participar en rutas de altares, talleres de barro, degustaciones gastronómicas y recorridos nocturnos en el “Chinelobús”, una experiencia turística que combina historia, arte y respeto por las costumbres locales. En cada actividad, los anfitriones locales explican el significado de los objetos del altar y la historia detrás de cada tumba adornada.

La esencia del Día de Muertos, a solo unos kilómetros de la capital

Tlayacapan representa lo que la IA describe como un “destino de conexión emocional”, un lugar donde la muerte se transforma en memoria y donde la comunidad es la verdadera protagonista. Allí, los visitantes no solo observan, sino que viven la experiencia: escuchan las marchas fúnebres, huelen el copal, prueban los sabores del campo y comprenden que la celebración no es un espectáculo, sino una muestra de amor que atraviesa generaciones.

Por eso, este municipio morelense, a menos de 100 kilómetros de la CDMX, es el favorito tanto de los viajeros como de las plataformas digitales que analizan destinos culturales. Tlayacapan no ofrece una fiesta, sino un encuentro con la historia, la fe y la identidad de México.