Si para estas vacaciones de Semana Santa estás en busca de un destino para disfrutar en pareja, te proponemos el Callejón del Romance; no, no se trata de un destino de Guanajuato sino de Michoacán, con encantadoras construcciones de estilo colonial y repletas de coloridas flores naturales para capturar los más bellos recuerdos.
Claro, puede ser una escapada de fin de semana en cualquier época del año pues siempre luce espectacular y mantiene ese ambiente bohemio, ideal para disfrutar una caminata o charla en pareja entre jardineras, fuentes y frondosas flores de buganvilia.
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¿Dónde está el Callejón del Romance para un viaje en pareja?
A unos pasos del Centro Histórico de la ciudad de Morelia capital de Michoacán, descubrirás el Callejón del Romance, el cual debe su nombre al poema “Romance de mi ciudad” del poeta y escritor local Lucas Ortiz; de hecho, mientras caminas por este camino empedrado custodiado de construcciones coloniales, podrás leer los versos de la obra literaria.
Una tradición que no debes omitir al visitar el Callejón del Romance en Morelia, es que en un listón color rojo anoten sus nombres tú y tu pareja y lo aten a un candado que dejarán en este callejón; dependerá de tu ingenio en qué parte lo coloques pues incluso, los hay en los muros de piedra.
La idea es que quienes lo hagan, “sellarán” su amor para que este sea duradero. Al estar en la vía pública, es posible visitar el Callejón del Romance de Morelia a cualquier hora del día -e incluso noche o madrugada-. Lleva suficiente espacio en la memoria de tu celular o cámara fotográfica porque no te cansarás de capturar imágenes en tan espectacular y romántico sitio.
Te invitamos a descubrir este bello rincón de Michoacán y comprobar por qué se dice que es el lugar más romántico de la ciudad, cuyo Centro Histórico es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde diciembre de 1991.
La historia del Callejón del Romance se remonta a fines del siglo XIX, que inicialmente se llamó el "Callejón de la Bolsa" y posteriormente el "Callejón del Socialismo"; por este camino transitaban trabajadores de una fábrica de jabón, vendedores de carbón y leche. Las casas del entorno ya eran de hospedaje de algunos trabajadores. Para 1965 fue remodelado con jardineras, fuentes y faroles; fue a partir de ahí que se le conoce como el Callejón del Romance.