El otoño es una de esas épocas del año que consigue darle un giro completo a los escenarios naturales. Los matices cobrizos, amarillos intensos y naranjas brillantes cubren montañas, parques y avenidas, creando panoramas que parecen salidos de una pintura. Hacer un viaje en este periodo no solo significa relajarse, también es una ocasión inmejorable para contemplar cómo el entorno cambia de aspecto y ofrece una energía especial que no se repite en otra estación.
Cada rincón del planeta experimenta el otoño de una manera singular. En Asia, los jardines y santuarios se tiñen de un aire espiritual bajo la sombra de los arces encendidos. En Europa, las zonas rurales y los viñedos se convierten en un tapiz de hojas secas que suenan al ritmo de cada paso de los visitantes.
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En América, desde Estados Unidos hasta México, los escenarios naturales se convierten en el centro de vivencias que combinan historia, costumbres y sabores locales. Por eso, si estás organizando unas vacaciones en estos meses, lo recomendable es elegir lugares que brinden esa mezcla justa de paisajes, pasado cultural y experiencias memorables.
Desde antiguas localidades japonesas hasta imponentes cañones en tierras mexicanas, cada punto del recorrido garantiza postales difíciles de olvidar. A continuación, te compartimos un top 5 de los sitios más vibrantes y encantadores para gozar del otoño en todo su esplendor.
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Kioto, Japón
La antigua capital japonesa se transforma en un festival de colores entre finales de octubre y noviembre. Los templos como Kiyomizu-dera y los jardines de Arashiyama se visten de tonos rojos y dorados gracias a los arces y ginkgos. Además, los festivales tradicionales como el Jidai Matsuri enriquecen la experiencia con desfiles históricos y gastronomía local. Caminar por las calles de Higashiyama o admirar el Pabellón Dorado (Kinkaku-ji) con el follaje reflejándose en el agua es como adentrarse en una pintura viva.
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Navarra, España
En el norte de España, Navarra guarda uno de los secretos mejor conservados, la Selva de Irati. Este bosque de hayas y abetos, considerado uno de los más extensos y mejor preservados de Europa, alcanza su máximo esplendor en otoño. Senderos bien señalizados permiten explorar cascadas, miradores y pueblos pintorescos como Ochagavía. El contraste entre los tonos verdes y dorados convierte la visita en una experiencia inolvidable, ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza.
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New Hampshire, Estados Unidos
En Estados Unidos, el otoño es sinónimo de “foliage”, y New Hampshire es uno de los mejores lugares para vivirlo. Sus bosques se tiñen de ámbar y carmesí, especialmente en las Montañas Blancas, desde donde se disfrutan panorámicas de valles y lagos. El viaje se completa con el sabor local: jarabe de arce, calabazas de temporada y sidra caliente. Los pueblos coloniales y granjas rurales aportan ese aire clásico que convierte al estado en un destino de postal.
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Renania-Palatinado, Alemania
Este estado alemán combina naturaleza, historia y bienestar. Durante el otoño, los bosques y viñedos adquieren tonos dorados que rodean castillos medievales y ríos legendarios como el Rin. Además de la belleza paisajística, la temporada coincide con la cosecha de uvas, lo que convierte a la región en un paraíso para los amantes del vino. Actividades como el “baño de bosque”, recorridos por la Catedral de Speyer o visitas a aguas termales completan una experiencia donde lo medieval y lo natural se fusionan.
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Chihuahua, México
El norte de México sorprende en otoño con escenarios imponentes. La Sierra Tarahumara y las Barrancas del Cobre, atravesadas por el icónico Tren Chepe, ofrecen vistas de cañones y bosques que se tiñen de naranjas y dorados. En Creel y sus alrededores se encuentran cascadas como la de Basaseachi y comunidades como los menonitas, que suman riqueza cultural al recorrido. Entre aventura, tradición y naturaleza, Chihuahua se convierte en un destino vibrante para quienes buscan experiencias fuera de lo común.
Estos cinco destinos demuestran que el otoño es mucho más que una estación: es un espectáculo natural que convierte los viajes en recuerdos imborrables. Desde Asia hasta América, cada rincón guarda un rincón colorido que invita a perderse entre hojas caídas y paisajes de ensueño.