De los atractivos del estado de Chiapas, al sur de la República Mexicana, están sus primeros cuatro Pueblos Mágicos: Chiapa de Corzo, Comitán, San Cristóbal de las Casas y Palenque, éste último declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, pero si ya has recorrido cada uno de ellos y te han dejado maravillado, no esperes a conocer los dos nuevos destinos a los que la Secretaría de Turismo federal otorgó este distintivo: Ocozocoautla de Espinosa y Copainalá.
Te contaremos un poco de Copainalá y del porqué merecía ser elevado a ser uno de los actuales 177 Pueblos Mágicos de México, para que en tus vacaciones de Verano lo tengas en la lista de destinos por conocer y aprecies cada parte de este lugar que está al noroeste de Chiapas y que es uno de los 124 municipios del estado.
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¿Por qué te fascinará conocer Copainalá, el nuevo Pueblo Mágico de Chiapas?
Copainalá hace honor en toda la extensión de la palabra al término de Pueblo Mágico, ya que es uno de esos paisajes que vemos en las pinturas al óleo con casitas de colores y una iglesia entre todas estas construcciones techadas con tejas y bordeadas por montañas y algunos ríos que caprichosamente serpentean entre los bosques de cedro, caoba, pino y roble; pareciera que Copainalá fue pintado a mano por un artista plástico.
Al tener un clima húmedo, es propicio para el cultivo de café, y es parte de las costumbres y tradiciones locales que en las calles del Pueblo Mágico veas los granos tendidos en mantas para asolearse. Otro elemento de la naturaleza que embellece a Copainalá son los árboles de frutos cítricos que se ven en casi todas las casas. Además de los tipos de árboles maderables ya mencionados, también hay otras especies muy particulares de la zona como el nance, cocoito, canduj, cacahua, guarumbo, ceiba y jimba, en donde es común ver las floraciones de las orquídeas que se adhieren a estos troncos.
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Copainalá es un poblado de origen Zoque, grupo étnico que se estableció en los estados de Oaxaca, Tabasco y Chiapas, y entre sus festividades más importantes en las que puedes involucrarte en su cultura son las del Día de Muertos, el Carnaval de febrero y la Fiesta de san Vicente en mayo. Entre sus joyas naturales, está el río Zacalapa que nace de una cascada que lleva el mismo nombre y forma parte del afluente del río Grijalva, en donde puedes pasar un rato muy relajado y nadar entre sus aguas cristalinas. No dejes de visitar la iglesia de San Vicente Ferrer y el convento colonial que dan testimonio de la época de la Colonia, cuando llegaron a evangelizar los misioneros dominicos.