El atole de granillo es un clásico de Juquila, con opciones que van desde leche y panela (conocida en otras regiones como piloncillo) hasta versiones con chocolate, atole blanco, y muchas más, tanto con azúcar como sin ella. Si visitas el Pueblo Mágico de Juquila en el estado de Oaxaca, no puedes dejar de probar esta deliciosa bebida caliente, perfecta para calentar el alma, especialmente en los días fríos que a menudo trae el clima de este hermoso lugar rodeado por las sierras de la Sierra Madre del Sur.
Santa Catarina Juquila, Pueblo Mágico de Oaxaca, es la capital del municipio de Juquila. Aunque es un destino pequeño, es inmenso en historia y tradiciones. Es famoso por albergar uno de los sitios religiosos más importantes y venerados del país: el Santuario de la Inmaculada Virgen de Juquila. Este templo del siglo XVIII recibe a más de dos millones de visitantes cada año, por lo que es el rincón más concurrido del pueblo, sin importar la época del año. Aquí se congregan tanto nacionales como turistas internacionales en busca de espiritualidad y conexión con la cultura local.
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¿Qué hacer en Juquila?
Si disfrutas de los viajes gastronómicos, Juquila es una parada imprescindible en tu recorrido por Oaxaca. Este lugar no solo ofrece hermosos paisajes y arquitectura, sino que la comida es uno de sus mayores atractivos, siendo el atole de granillo el clásico más representativo, con siglos de tradición.
Al pasear por las calles de Juquila, notarás que la mayoría de las construcciones son bajas y que el pueblo está lleno de arquitectura colonial. Las casas coloridas y los arcos en las fachadas, junto con la tranquilidad que se respira en sus calles, crean un ambiente especial. Los aromas que emanan de cada esquina te invitan a explorar sus numerosos restaurantes, cafeterías, fondas y mercados, donde podrás encontrar tamales, panes, tacos y una variedad de deliciosos platillos que enriquecen la experiencia culinaria de este Pueblo Mágico.
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Santuario de la Inmaculada Virgen de Juquila
Durante tu recorrido por este pueblo, al visitar el Santuario de Nuestra Señora Inmaculada de Juquila, descubrirás en su interior la Capilla de Veladoras. Este espacio está dedicado a los viajeros que transitan por la Ruta de la Fe, y muchas veces se convierte en su última parada.
Aquí, personas de todo el país compran veladoras, las encienden y depositan sus deseos y buenos pensamientos, creando un momento de paz y reflexión. Independientemente de tus creencias, este ritual te transmitirá una magia única que maximizará la experiencia espiritual del lugar.
Chorro Conejo
Finalmente, otro destino imperdible en tu viaje por Juquila es el Chorro Conejo, una impresionante cascada de 30 metros de altura que se forma a partir de la confluencia de varios ríos y arroyos. En tiempos pasados, las familias del pueblo solían visitar esta cascada durante la Fiesta de San Juan, el 24 de junio. Aunque actualmente ya no es posible nadar en las pozas que se forman, la experiencia de admirar la caída de agua sigue siendo extraordinaria y cautivadora.