Elegir Valladolid como punto de partida para tus vacaciones es una de las mejores decisiones si planeas explorar el corazón cultural de Yucatán. Conocida como “La Capital del Oriente Maya”, esta ciudad combina historia, tradiciones y una calidez que atrapa a todo viajero.
Fundada sobre los restos de la antigua ciudad maya Zací, conserva una arquitectura colonial impecable y una tranquilidad que se respira en cada esquina. Desde Mérida o Cancún se llega en poco más de dos horas por carretera, lo que la convierte en una parada estratégica para quienes desean recorrer la península.
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Su plaza principal, Francisco Cantón Rosado, es el punto ideal para iniciar el recorrido, rodeada de casas de colores, la imponente Iglesia de San Servacio y los tradicionales puestos de marquesitas, ofrece un ambiente típico yucateco difícil de olvidar.
Por eso, si estás planeando tus próximas vacaciones, Valladolid es el punto perfecto para vivir tres días de descanso, cultura y aventura. Entre historia, sabores típicos y paisajes subterráneos, este Pueblo Mágico ofrece una ruta ideal para quienes buscan combinar lo mejor del Yucatán colonial con la naturaleza que lo rodea.
Día 1: historia, sabores y tradición
Comienza la mañana con un paseo por la Calzada de los Frailes, una calle que parece detenida en el tiempo, repleta de fachadas color pastel, tiendas artesanales y pequeños cafés. Este camino te llevará hasta el Convento de San Bernardino de Siena, donde cada noche se proyecta un espectáculo de luces que narra la historia de la ciudad.
Para el almuerzo, una buena opción es degustar platillos locales como los lomitos, el escabeche oriental o la sopa de lima, especialidades que reflejan la esencia gastronómica del lugar. Al caer la tarde, nada mejor que visitar el Museo de Ropa Étnica de México (MUREM), un espacio que resguarda el patrimonio textil del país.
Día 2: cenotes y maravillas naturales
El segundo día está reservado para descubrir los cenotes, verdaderas joyas naturales de la región. En pleno centro, el Cenote Zací es ideal para refrescarse o simplemente disfrutar la vista desde sus plataformas. A pocos minutos, se encuentran los cenotes Suytún, X’kekén y Samulá, conocidos por sus aguas cristalinas y sus impresionantes juegos de luz.
Si prefieres una experiencia más completa, puedes hacer una ruta por Ek Balam, una zona arqueológica rodeada de selva donde todavía es posible subir sus templos y apreciar la magnitud del mundo maya. En el regreso, una parada en el cenote Xcanche completa el recorrido con un baño entre raíces colgantes y aves tropicales.
Día 3: despedida con encanto
Antes de partir, dedica unas horas a recorrer el Mercado Municipal, donde los aromas de frutas, miel y especias invitan a llevar un pedacito de Yucatán en la maleta. También puedes visitar la Casa de los Venados, una joya privada que exhibe más de tres mil piezas de arte popular mexicano.
Valladolid no solo es un punto intermedio entre Cancún y Mérida, es un destino en sí mismo, un lugar donde cada calle cuenta una historia y cada cenote parece un portal a otro mundo. Ideal para quienes buscan combinar naturaleza, cultura y descanso en un mismo viaje.