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La leyenda de la bruja que atrapó tres almas en un árbol de un Pueblo Mágico

Descubre el misterioso árbol que guarda voces en su interior y se encuentra en un destino reconocido por su gastronomía y sus prismas basálticos

Te contamos la misteriosa leyenda de la bruja que atrapó tres almas en un árbol de un Pueblo Mágico.Créditos: Freepik / Ilustrativa
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En México nos encantan las leyendas, sobre todo las que no vienen de libros ni películas, sino de las mismas calles que pisamos. Sirenas, duendes, fantasmas… y si hay un personaje que se repite en los relatos del Estado de México, son las brujas. A veces se habla de ellas como bolas de fuego en el cielo, otras como mujeres capaces de transformarse en animales o de desaparecer niños. Entre esos mitos hay uno que todavía se cuenta en Aculco, un Pueblo Mágico donde, dicen, una bruja atrapó tres almas infantiles en un árbol.

Todo empieza cerca de los lavaderos municipales, un punto muy visitado desde hace más de un siglo por mujeres otomíes principalmente, que acudían a lavar ropa y, de paso, ponerse al día con las historias del pueblo. Entre esas charlas, siempre surgía el relato de la joven que vivía junto al lugar. Como en tantas leyendas que terminan mal, se dice que era hermosa, de cabello negro en trenza y mirada intensa, pero su apellido cargaba con la fama de practicar magia oscura.

La leyenda dice que su mayor deseo era tener un hijo, pero ningún hombre se atrevía a acercarse demasiado a ella. Dicen que, desesperada, empezó a buscar ayuda en artes prohibidas. Su belleza comenzó a desvanecerse y, en su lugar, apareció un semblante sombrío. A pesar de todo, no conseguía cumplir su anhelo, y eso la llenaba de frustración.

El árbol tendría tres almas en su interior. Foto: Pexels/ Pixabay.

Las leyendas de Aculco: El árbol encantado

Un día, mientras caminaba por el pueblo, escuchó a dos mujeres burlarse de su incapacidad para engendrar. Esa burla encendió en ella algo más fuerte que la tristeza: un deseo de venganza. No tardó en sellar un pacto con lo oscuro, y desde entonces, los vecinos juraban escucharla gritar o conversar con alguien invisible. Susurros, cantos extraños y voces que erizaban la piel se filtraban desde su casa al caer la noche.

A los pocos días, Aculco amaneció con la noticia de que un niño había desaparecido. Luego fueron dos. Después, tres. Nadie quería decirlo en voz alta, pero todos sospechaban de la mujer. Así que, armados con antorchas, hachas y piedras, un grupo de vecinos fue hasta su casa. Justo antes de entrar, una neblina densa cubrió el lugar, el frío se volvió insoportable y una voz de ultratumba surgió de un árbol frente a la vivienda. El árbol era un pirul.

Esa voz se presentó como la mujer a la que todos llamaban bruja y confesó que tenía las almas de los niños atrapadas con la suya dentro del árbol. Un hombre, sin pensarlo, golpeó el tronco con su hacha, pero el grito que escuchó no era de ella, sino de un niño. Fue entonces cuando la bruja advirtió que, si dañaban el árbol, los pequeños sufrirían el mismo dolor que ella. Las madres, desesperadas, pidieron que lo dejaran intacto.

Desde entonces, el árbol quedó ahí, torcido y viejo, pero imposible de olvidar. La gente del pueblo asegura que, si clavas algo filoso en su tronco, al principio brotará una savia blanca que enseguida se tornará roja. Si prestas atención, escucharás el llanto de los niños y las carcajadas burlonas de la bruja.

La leyenda del árbol de la bruja en Aculco. Créditos: Pexels/ cottonbro studio

Hoy, los lavaderos de Aculco siguen recibiendo visitantes, no solo por su historia sino porque forman parte de la vida comunitaria desde 1884. El árbol permanece cerca, como recordatorio de que en este pueblo las leyendas se sienten casi tan reales como el aire frío de la mañana. Y aunque puedes visitar Aculco por sus cascadas, sus calles empedradas o sus quesos artesanales, muchos llegan también para ver con sus propios ojos el árbol que, dicen, encierra las almas para siempre.

Aculco está a unas dos horas de la Ciudad de México y a menos de dos de Toluca. Los lavaderos se ubican en la calle de la Corregidora, con entrada gratuita de 9:00 a 18:00 horas. Tal vez llegues solo a tomar fotos y probar quesos, pero quién sabe… quizá la bruja todavía esté ahí, esperando que alguien se acerque demasiado al árbol.

La otra versión de la leyenda

De acuerdo con el historiador Javier Lara Bayón, en el blog El Aculco Auténtico, la historia del pirul y de la supuesta bruja es muy distinta a la leyenda popular. El árbol fue plantado alrededor de 1940 por doña Mariana Fernández, una enfermera militar que vivía cerca de los lavaderos y se dedicaba a cuidar a los niños del pueblo durante epidemias, incluyendo casos de difteria.

Lejos de practicar magia oscura, doña Mariana utilizaba sus conocimientos médicos para salvar vidas y asistir partos, convirtiéndose en una figura respetada en la comunidad. Así, el pirul no es un objeto de terror, sino un recuerdo vivo de la generosidad y la labor sanitaria de esta mujer, aunque la leyenda haya transformado su historia en un relato de misterio que aún atrae la curiosidad de visitantes y locales por igual.

Preguntas frecuentes sobre el Pueblo Mágico

¿Dónde se ubica Aculco?

Aculco se encuentra al norte del Estado de México, limitando con municipios de Querétaro y otras localidades mexiquenses.

¿Cuándo fue declarado Aculco como Pueblo Mágico?

Aculco fue declarado Pueblo Mágico el 25 de septiembre de 2015.

¿Qué tipo de clima tiene el municipio?

El clima de Aculco es semifrío, subhúmedo con lluvias en verano, y con temperaturas que pueden ser menores a cero en invierno.