Actualmente, la carretera más larga del mundo cruza por México y, en los últimos días se ha vuelto tendencia porque personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha localizado parte de esta en obras vehiculares que se están realizando en la CDMX y el Edoméx.
Nombrada como la Carretera Panamericana, que va de Alaska a Argentina tiene una medida aproximada de 40 mil kilómetros, según los registros que obtuvo el INAH. Sin embargo, no se trata de una sola carretera, sino que es un complejo sistema de vías interconectada entre los países que cruza, por lo que se considera como la ruta terrestre más extensa que hay en el mundo.
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Lo sorprendente es que su origen se remonta a México, en la década de 1930, según lo reporta dicha institución. En ese entonces, estaba activo el gobierno del General Lázaro Cárdenas, quien se encargó de inaugurar el primer tramo de la Carretera Panamericana tras 10 años de trabajo. Para ello, se requirió de una inversión de 65 millones de pesos de aquella época y su ruta conectaba desde el Río Bravo, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, hasta lo que hoy es la Ciudad de México.
Pero de esta obra no se tenía testimonio alguno hasta hace unos días que, con los trabajos de reordenamiento del Centro de Transferencia Modal (Cetram), en Indios Verdes, al norte de la CDMX, se encontraron parte de este extenso camino que conecta con numerosos países del continente americano.
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¿En dónde se halló parte de la Carretera Panamericana en la CDMX?
Fue hace dos meses que se descubrió por primera vez la sección de la Carretera Panamericana con los trabajos del Cetram, por lo que ahora son obras que todavía no están terminadas y que son supervisadas por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México a través del INAH, con el fin de cuidar esta pieza histórica.
La primera sección encontrada de la Carretera Panamericana se encuentra al oriente de la avenida Insurgentes Norte, pero hubo una segunda sección hallada en el lado poniente de dicha avenida, la cual es considerada como una de las principales de la CDMX. De acuerdo con el INAH, se trata de un tramo que mide cerca de 40 metro de longitud y su empedrado es de roca balística.