Si eres fan de la Serie Peaky Blinders sabrás que uno de los escenarios recurrentes de la sexta temporada es la Isla Miquelón, este lugar es real y te decimos dónde se encuentra ubicada. Esta es una de las series más icónicas de Netflix que se estrenó en España el pasado 10 de junio y muchos fanáticos se preguntan sí realmente existe y dónde está, pues sus paisajes han fascinado a la audiencia.
La serie está ambientada en 1919 en Inglaterra y cuenta la historia de una familia gitana y su banda de gángsters, que son retratados con sus boinas y cuchillas, quienes son dueños de sitios de apuestas clandestinas y buscan ascender en el mundo de la mafia, por ello se rigen mediante extorsiones mientras un detective de Belfast llega a Birmingham con la misión de acabar con las violentas pandillas callejeras de la ciudad.
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Dónde está ubicada la Isla Miquelón
Si te preguntas si la isla Miquelón de la temporada 6 realmente existe, la respuesta es que sí es real y está situada en el archipiélago de San Pedro y Miquelón en Norteamérica, aunque el territorio pertenece a Francia y también es conocida como Isla Grande.. Este lugar tiene una gran importancia histórica por el contexto que vivía Estados Unidos en aquel momento pues gracias a su cercanía con Estados Unidos era un punto estratégico el contrabando de alcohol. Hasta Al Capone y Bill McCoy se alojaron ahí para hacer negocios ilícitos.
A 25 kilómetros de las costas canadienses, el archipiélago de Saint-Pierre-et-Miquelon es un trocito de Francia pero diferente. Las casas son de colores y el acento recuerda al del Québec. Aparte de una cultura singular a descubrir en sus pequeños museos, es un destino de pura naturaleza con increíbles paisajes entre tierra y mar, al acecho de ballenas jorobadas y aves migratorias.
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Imperdibles durante tu viaje a San Pedro y Miquelón
En las ocho islas del archipiélago, sólo dos de ellas están habitadas: la de Saint-Pierre y Miquelón. La primera es una diminuta isla de 26 kilómetros cuadrados y 5.500 habitantes. La vida se concentra en la localidad de Saint-Pierre, cuyas casas de madera están pintadas con tonos muy vivos, del amarillo limón al rojo ladrillo, pasando por el azul turquesa. Ahí se encuentra el Museo Héritage que presume una fachada de color verde y ofrece una excelente introducción a la historia del archipiélago, en especial durante la prohibición americana de los años treinta.
Miquelón, por su parte es la mayor, de 216 km cuadrados, que en realidad está formada por tres istmos: Le Cap, Grande Miquelon y Langlade, un concentrado de pura naturaleza que se explora en barco o a pie. En la laguna del Grand Barachois de aguas azuladas se toma un tour para observar a las focas grises y las focas comunes, que también se pueden ver en el Cabo Cap Percé. En el extremo noroeste de la isla, el cabo Miquelón está rodeado de acantilados que dominan el océano. Más adelante, en el valle de la Cormorandière hay paseos ecológicos para admirar el bosque boreal.