Un nuevo y sorprendente hallazgo sorprendió a los científicos quienes descubrieron "la Ciudad Perdida" en el fondo del océano. El descubrimiento tuvo lugar en un campo de fuentes hidrotermales que se ubica a cientos de metros de profundidad y fue posible gracias a los estudios previos que se realizaron en la zona y a las imágenes que se obtuvieron gracias a un equipo sofisticado y moderno.
Hasta ahora la "ciudad" había permanecido oculta hasta que, gracias a una expedición que se realizó en diciembre de 2000 se descubrió el campo de fuentes que está ubicado en el centro del Atlántico y que empezó a ser estudiado por científicos expertos y, más tarde, en 2005 los investigadores comenzaron a realizar otros viajes hasta que se dieron a conocer los hallazgos.
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En dónde se encuentra "La Ciudad Perdida"
La llamada "Ciudad Perdida" se localiza en el fondo del Océano Atlántico, a más de 700 metros de profundidad. En realidad se trata de unas Fuentes Termales con unas 30 chimeneas formadas por carbonato de calcio ubicadas en la montaña submarina Atlantis Massif y que alcanzan diferentes alturas, como unas torres de 18 pisos, las más grande, de 60 metros de altura y sus formas semejan rascacielos y edificios, el más alto de ellos fue bautizado como Poseidón, en honor al Dios del Mar.
También se descubrió que en las grietas de los monolitos de la zona hay comunidades de crustáceos, camarones, caracoles y microbios que se alimentan de los hidrocarburos que exhalan las chimeneas, también hay erizos de mar, anguilas y hasta cangrejos. Los expertos creen que hay más "ciudades" como estas aunque hasta ahora solo fue posible alcanzar esta. Las investigaciones en la zona continuarán y se busca declarar al sitio como Área Protegida.
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Estas formaciones son el entorno de ventilación más antiguo que se conoce hasta ahora y se cree que tienen al menos 120.000 años de antigüedad, tal vez más y son únicos ya que no forman parte de fumarolas o chimeneas provenientes de volcanes submarinos, de acuerdo con los científicos, estas columnas se formaron gracias a que ciertos elementos reaccionaron con el agua de mar para arrojar hidrógeno, metano y otros gases disueltos al océano.