En México se tiene la fortuna de albergar diversas especies de flora y fauna endémicas, entre los que destaca un animal, que según cuentan las leyendas, trajo el fuego a la humanidad ¿sabes de qué especie se trata? Si bien es cierto que a lo largo de todo el territorio nacional, encontrarás miles de mitos y leyendas, a través de las cuales puedes conocer un poco más de la historia de la humanidad.
Esta leyenda en específico tiene como protagonista al tlacuache, marsupial que, según los registros de los pueblos indígenas mesoamericanos, este animal había robado el fuego y eso provocó que tuviera la cola pelada, pues guardó el tizón.
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La leyenda del Tlacuache
La leyenda del Tlacuache proviene de la cultura náhuatl y señala que un día, el fuego llegó a la tierra de alguna estrella y eso provocó un gran incendio que sorprendió a la población. Ante la llegada de este elemento natural, los antiguos gigantes de la montaña se encargaron de cuidar y resguardar el fuego para que no se extinguiera, pues se percataron que útil para varias de sus actividades cotidianas.
Las personas, llenas de curiosidad, se juntaron en el lugar donde estaba el fuego refugiado, pues querían conocer la forma en la que podían conservar que siguiera vivo. Y, en esta lucha de tenerlo activo, los gigantes se organizaron en grupos para cortar árboles, recolectar plantas y animales muertes con el fin de que el fuego no se apagara.
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No obstante, fue durante una de las asambleas de los grupos que apareció un tlacuache quien les dijo que él lo conseguiría siempre y cuando dejaran de amenazar su vida con la caza para comérselo. Pero a ellos les resultó una broma y no dejaron de reírse de él.
El Tlacuache se mantuvo firme en su promesa y fue a tocar a cada una de las puertas de ese lugar a todos les menciono que cuando regresará con la lumbre debían tomar lo que pudieran, y fue así como comenzó su viaje hacia la casa de la anciana. En cuanto llegó le dijo: “Buenas, señora lumbre, me permitiría acercarme al fuego un poco para calentarme" y la señora compadeció al animal y lo dejó acercarse.
Mientras tanto, el tlacuache poco a poco se iba acercando más y más hasta quedar sobre él y fue en ese momento, sin que la anciana se diera cuenta, metió la cola en el fuego y salió corriendo para llevarla con los humanos y, de esta manera, cumplió su promesa. Como el tlacuache agarró con su cola al fuego, se quemó el pelo del apéndice, por lo que se dice que esa es la razón por la cual los tlacuaches tienen la cola sin pelo.
Cabe destacar que el tlacuache es el único marsupial que radica en México y se considera como de los pocos animales que no ha tenido numerosas variaciones desde sus orígenes.