Viajar ha sido uno de los placeres de la humanidad y desde épocas muy antiguas, cientos y miles de personas buscaron la manera de conocer lo que había más allá de sus fronteras. Mucho antes que se inventara el automóvil, y ni se digan los aviones, la mejor forma de viajar, y la única, era en barco.
Fue a través de ríos, mares y océanos que se fue conociendo el mundo y, poco a poco, se hizo una descripción detallada de éste. Sin duda alguna, desde los antiguos egipcios ya se hacían viajes en barco, pero fue hasta el siglo XIX cuando se inventó el concepto de crucero, mismo que, hasta la fecha, podemos disfrutar con rutas únicas y en navíos que ofrecen todas las comodidades.
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¿Cuál es el primer crucero en el mundo?
La manera en que concebimos los cruceros son los barcos que cobran por transportarte de un punto A a un punto B, y de regreso, y que ofrecen todas las comodidades posibles, pero este concepto se remonta al siglo XIX, cuando Samuel Cunard, conocido como el ‘Príncipe de los Cruceros’ lo vio como una actividad rentable.
De acuerdo con Miramar Cruceros, un sitio especializado en el tema, fue Cunard quien vio el máximo potencial de esta forma de viajar e implementó un negocio para hacerlo una actividad económica de la cual vivió bastante bien.
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El primer crucero de la historia fue el Britannia, el cual zarpó en 1840 desde Liverpool, Inglaterra y tuvo Boston, Estados Unidos, como su punto final. Tenía 63 metros de eslora y fue capaz de transportar hasta 115 pasajeros y fue un hito que marcó una época y desarrolló una industria que hoy deja una derrama económica millonaria para todos los involucrados.
A la vez, en dichos años, muchas compañías intentaron replicar el modelo y muchas anunciaron viajes hacia el norte del planeta, sobre todo en Inglaterra, Escocia y las Islas Feroe, pero no tuvieron éxito.
Fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando los cruceros se convirtieron en un método de turismo para las masas y cobraron la popularidad que hoy conocemos.