Viajar en avión es sorprendente y una de las mejores actividades que hay. Incluso esto puede ser adictivo, pero hay que tener en cuenta que muchas veces viajar en avión no es lo mejor, sobre todo si estamos enfermos, ya que la presión de la cabina, la altura o el encierro pueden agravar nuestros síntomas y la pasaremos mal.
De igual forma, podemos poner en riesgo a la tripulación y a todos los pasajeros, por lo que hay una serie de enfermedades con las que no se recomienda viajar en avión. Aunque no son todas, son algunas muy puntuales y que incluso hay unas que no te imaginabas, aunque otras son bastante obvias, pero aquí te contamos todo.
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Si bien una gripa común no es motivo para no viajar en avión, muchas veces se lleva este tema a enfermedades crónicas degenerativas que sí pueden suponer un riesgo importante en nuestro estado de salud, por lo que no es aconsejable viajar si se tiene alguna de ellas a menos que se haya avisado antes a la aerolínea.
¿Qué enfermedades no son recomendables para viajar?
En primera instancia, están las mujeres embarazadas que están muy cerca de dar a luz. Una vez que las mujeres pasan las 32 semanas de gestación, no es recomendable que hagan viajes en avión. Muchas aerolíneas tienen un reglamento muy estricto en este tema y solo si es un vuelo de emergencia y tienen autorización de su médico es como se les deja embarcar.
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También los enfermos contagiosos, situación que se agravó con la pandemia de Covid-19, y es que muchas enfermedades se transmiten por el aire y muchas veces se necesita un certificado médico donde se asegura que el paciente no implica un riesgo de contagio y que el paciente no es un peligro para los demás pasajeros.
De igual forma, los bebés prematuros no están permitidos para realizar viajes en avión a menos que tengan una autorización médica y el viaje sea una situación especial o de emergencia.
En tanto, las enfermedades cardiacas y vasculares pueden suponer un riesgo para la salud, esto por los cambios en la presión que hay en los aviones y que puede llevar a que las personas sufran trombos o insuficiencias cardiacas severas.
También las infecciones en nariz y oído como el resfriado, la sinusitis, rinitis, alergia o gripe pueden dañar tus oídos por el cambio de presión. Mientas que en enfermedades como la otitis, en un caso grave se puede llegar a una perforación de tímpano.