Alrededor de todo el mundo hay una gran variedad de recintos donde vas a poder aprender sobre la historia y cultura del lugar que visitas, mientras te diviertes, algunos de ellos son lugares arqueológicos tan antiguos que se han convertido en sitios protegidos, aunque para algunos turistas esto no significa nada, debido a que algunos han dañado algunos sitios arqueológicos, tal como sucedió en Pompeya.
Recientemente, esta ciudad europea ha estado dentro del ojo público debido a un daño por parte de un turista en los vestigios del Yacimiento del Herculano, lo cual indignó a gran parte de la población, aunque si quieres saber más detalles sobre este acontecimiento, sigue leyendo para conocer acerca de la multa que podría recibir.
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¿Qué sucedió en el Yacimiento de Herculano?
Cada año el Yacimiento de Herculano recibe una gran cantidad de visitantes debido a que es un recinto catalogado por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, aunque recientemente un turista proveniente de Países Bajos decidió garabatear una de las paredes de este recinto con marcador de tinta permanente, lo cual puede ser considerado como daño arqueológico, sin embargo, no es la primera vez que recintos históricos de Italia han sido dañados, por lo que las autoridades decidieron tomar acciones al respecto.
Las multas a causa de este acto
Las acciones que cometió este joven turista lo colocaron a la vista de las autoridades italianas, las cuales levantaron una multa por delitos de daños al patrimonio y obras artísticas, algo que le costará hasta 40,000 euros, lo que equivaldría a $776,296 pesos mexicanos, este dinero se tiene destinado para la restauración del vestigio arqueológico de Pompeya, la cual puede ser costosa debido a la antigüedad del recinto y el material con el que se dañó.
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Sin duda este turista va a pensar dos veces antes de hacer grafitis en la calle, ya que este dibujo en su viaje probablemente sea el más caro de toda su vida, por esta razón es que se espera que las medidas a los daños patrimoniales sean estrictas para evitar que los turistas dañen sitios arqueológicos con gran historia y antigüedad, tal como ha sucedido en diversas partes del mundo, incluyendo a México, aunque las medidas que toman las autoridades pueden ser variables dependiendo de cada país.