Si quieres explorar algunos de los estados cercanos a la Ciudad de México en tus próximas vacaciones, pero sin tener que gastar tanto, te vamos a compartir los principales autobuses para viajar barato de CDMX a Oaxaca, Chiapas y Guerrero. Tendrás oportunidad de conocer sus diferentes lugares, así como disfrutar de una gran variedad de platillos típicos, artesanías, y tradiciones.
Aquellas personas que tienen un presupuesto limitado pueden viajar en autobús, un servicio de transporte que suele ser más barato que otros, incluso las líneas de autobuses tienen una amplia gama de destinos que van desde ciudades pequeñas, áreas rurales, así que es una gran opción para llegar a varios destinos que en ocasiones no son accesibles para los trenes o aviones. Además de los precios bajos para poder viajar, los autobuses ofrecen una amplia variedad de horarios y rutas desde diferentes puntos de la CDMX.
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¿Cuáles son los autobuses más baratos para viajar de la CDMX a Oaxaca, Chiapas y Guerrero?
Los autobuses FYPSA se han vuelto una opción para los turistas que quieren viajar a Oaxaca, Puebla y Chiapas desde el Aeropuerto de la Ciudad de México. Un viaje de la CDMX a Oaxaca puede ir desde los 500 pesos. Otra opción es la línea de autobuses Enlaces Turísticos Dianza, las más populares para viajar a Oaxaca a un precio bajo, pues el boleto va desde los 300 pesos; las salidas son a unas calles de Metro Hidalgo alrededor de las 22:00 horas.
En caso de que tu presupuesto sea más limitado, los autobuses de segunda clase pueden ser una opción mucho mejor para ti. Son autobuses que suelen realizar más paradas y el trayecto puede ser más largo, al mismo tiempo los precios son significativamente más bajos; aquí encontrarás boletos desde 250 a 400 pesos para Oaxaca, y Chiapas de 500 a 800 pesos.
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Viajar en autobús es generalmente seguro. Las compañías de autobuses siguen regulaciones estrictas de seguridad y mantenimiento, y los conductores suelen estar bien entrenados. Además permite que los pasajeros tengan oportunidad de relajarse, leer, trabajar o simplemente disfrutar del paisaje sin la preocupación de la conducción.