Durante la más reciente temporada de anidación en Los Cabos, Baja California Sur, cientos de tortugas marinas regresaron a las playas donde nacieron. La escena, digna de una postal del Caribe mexicano, tuvo un giro emocionante, más de 200 nidos fueron rescatados por especialistas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el Programa Municipal de Protección a la Tortuga Marina.
El operativo se desarrolló luego de una arribada masiva de tortugas golfinas (Lepidochelys olivacea), ocurrida la noche del 7 de octubre. Estas especies, guiadas por instinto, recorren miles de kilómetros cada año para regresar al mismo punto donde nacieron y depositar sus huevos, un ritual que hoy enfrenta graves amenazas.
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Con temperaturas altas, contaminación y presencia humana en las costas, cada nido se convierte en una misión de rescate. En esta ocasión, las autoridades recorrieron más de 40 kilómetros de playa entre San José del Cabo y Cabo San Lucas para localizar los huevos y trasladarlos a corrales de incubación seguros.
Esa noche, el cielo de Los Cabos se iluminó con linternas y cámaras, pero también con la emoción de quienes fueron testigos del momento. Familias, turistas y voluntarios observaron en silencio cómo las diminutas tortugas avanzaban lentamente hacia el mar, marcando el inicio de un nuevo ciclo natural que simboliza esperanza y renacimiento.
200 nidos protegidos y 700 crías liberadas
El trabajo de conservación permitió reubicar más de 200 nidos —150 en San José del Cabo y más de 50 en Cabo San Lucas—, protegiendo los huevos de depredadores, saqueadores y fenómenos meteorológicos. Gracias a estas acciones, alrededor de 700 crías fueron liberadas bajo supervisión técnica y en condiciones seguras.
La liberación se realiza al atardecer, cuando el calor disminuye y los riesgos de depredación bajan. En ese momento, las pequeñas tortugas avanzan hacia el mar guiadas por el sonido de las olas y la luz natural del horizonte. Su travesía es apenas el comienzo de una vida que dependerá de su resistencia y de la continuidad de estos programas de protección.
Educación ambiental y turismo responsable
Además del trabajo técnico, organizaciones como la Fundación Letty Coppel han promovido actividades de educación ambiental, involucrando a escuelas locales y turistas en las liberaciones de crías. Estas experiencias no solo fortalecen el vínculo entre las comunidades y la naturaleza, sino que también crean conciencia sobre la importancia de proteger a las especies marinas.
Los talleres y charlas informativas sobre manejo y conservación buscan que tanto niños como adultos comprendan el impacto de sus acciones en el ecosistema costero. Cada temporada, cientos de personas se suman a las liberaciones organizadas en las playas de Los Cabos, transformando el turismo en una oportunidad para cuidar el planeta.
Un llamado a la participación ciudadana
Profepa ha destacado que la participación ciudadana es esencial. Los reportes oportunos sobre avistamientos, varamientos o anidaciones permiten activar protocolos de atención inmediata y garantizar el manejo adecuado de los nidos.
En México, siete de las ocho especies de tortugas marinas del mundo llegan a anidar cada año, lo que convierte al país en un refugio vital para su conservación. Sin embargo, todas se encuentran clasificadas en alguna categoría de riesgo, por lo que cada acción de protección cuenta.
El rescate en Los Cabos no solo representa una victoria ambiental, sino también un recordatorio de la responsabilidad compartida que tenemos frente al mar. Ver a las tortuguitas desaparecer entre las olas es, al mismo tiempo, una promesa y un compromiso con la vida que nace y vuelve al océano.