San Andrés Mixquic, en la alcaldía Tláhuac, se transforma cada noviembre en un escenario de luz, música y aromas que evocan a los difuntos. Aunque el lago de Chalco desapareció hace siglos, el pueblo mantiene vivas sus tradiciones, su arquitectura chinampera y un espíritu comunitario en cada altar.
Para llegar, si partes desde el Zócalo —como referencia por ser un lugar céntrico—, puedes tomar la Línea 2 del Metro en dirección a Tasqueña. En Pino Suárez, realiza transbordo a la Línea 1 y recorre ocho estaciones hasta Zaragoza. Al salir, un autobús con rumbo a Base Chalco te llevará hasta Chalco, donde deberás abordar otro camión hacia Tulyehualco, que te dejará a solo diez minutos a pie del panteón.
Te podría interesar
Otra ruta posible desde el Zócalo consiste en transbordar a la Línea 12 en la estación Tláhuac. Desde ahí, haz once paradas hasta llegar al Metro Zapotitlán. En ese paradero puedes tomar un autobús con destino a la Central de Abastos-Milpa Alta. Cambiando de camión en Tecomitl, el que indica Tláhuac-Mixquic te dejará en Av. de las Rosas No. 1, cerca de la fuente de la Independencia. Solo tendrás que caminar cinco minutos para llegar al panteón.
Si prefieres algo más directo, la estación Tláhuac de la Línea 12 del Metro también sirve como punto de partida. Desde allí puedes abordar la ruta 149 de la RTP, que te llevará hasta Mixquic. Deberás bajar en la parada Plutarco Elías Calles-Río Ameca y dirigirte al panteón.
Mixquic, la luz del Día de Muertos en la CDMX
El viaje en transporte público tiene la ventaja de ser económico. Cada boleto de Metro cuesta cinco pesos, y los autobuses urbanos no superan los 15 pesos por tramo. Además, al desplazarte en transporte colectivo, puedes disfrutar del cambio de paisaje urbano, que en esta época se llena de colores gracias a los cempasúchiles.
Al acercarte al pueblo, el aroma a cempasúchil y pan de muerto se hace más intenso. Las calles se llenan de color gracias al papel picado y las figuras alusivas al Día de Muertos. Incluso antes de llegar al panteón, se percibe la atmósfera de La Alumbrada, con luces y velas que iluminan fachadas, altares y esquinas, regalándonos un paisaje único y conmovedor.
La visita al panteón es un recorrido que une lo visual con lo emocional. Las tumbas adornadas con flores, fotografías y alimentos muestran cómo cada familia mantiene vivo el recuerdo de sus seres queridos. Caminar entre la luz de miles de velas y escuchar rezos y cantos convierte el paseo en una experiencia que se siente cercana y al mismo tiempo mágica.
Además del panteón, Mixquic tendrá actividades culturales que se pueden recorrer a pie desde el transporte público. Representaciones teatrales, desfiles de catrinas y conciertos se unen al calendario cultural junto con la venta de tamales, mole y otros platillos típicos.