Enclavado en la Sierra Nororiental de Puebla, Cuetzalan se prepara para vivir uno de los momentos más esperados del año: la celebración de Todos Santos y Fieles Difuntos, una tradición que une raíces nahuas con el calendario católico. Desde el 30 de octubre hasta el 2 de noviembre, las calles empedradas del pueblo se transforman en un escenario de flores, copal y música, donde cada familia honra la memoria de quienes han partido.
La atmósfera cambia por completo, los hogares abren sus puertas, los aromas del pan y el mole se mezclan con el humo del copal, y los caminos de cempasúchil guían a las almas hacia las ofrendas. Cuetzalan, conocido por su neblina, su arquitectura colonial y su espíritu místico, se convierte en el reflejo vivo del “Xantolo”, la celebración ancestral que considera que los muertos regresan a visitar a sus seres queridos.
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Más que una festividad, este encuentro con la memoria es una forma de vida. En cada altar hay una historia, una familia y una promesa de continuidad. El Día de Muertos en Cuetzalan no es una fecha aislada: es el resultado de siglos de tradición, un sincretismo entre lo indígena y lo cristiano que sigue transmitiéndose con respeto y orgullo.
Este 2025, la celebración adquiere un toque especial con el Primer Festival Internacional de Globos Artísticos de Papel “El Vuelo del Quetzal”, un evento que busca rendir homenaje a las almas a través del arte y el color del cielo.
El cielo se ilumina con “El Vuelo del Quetzal”
El 1 de noviembre marcará el inicio de este nuevo festival que promete ser una de las postales más impresionantes del año. Desde las 11 de la mañana, distintos colectivos locales e invitados nacionales elevarán globos de papel de china elaborados a mano, algunos de ellos monumentales, en homenaje a las almas que “regresan” en estas fechas.
La explanada principal será el epicentro del evento, donde se realizarán talleres, exposiciones y elevaciones durante todo el día. Esta propuesta cultural busca unir arte, espiritualidad y tradición, posicionando a Cuetzalan como referente nacional de los globos artísticos.
Altares, caminatas y música que no se apaga
La noche del 1 de noviembre está dedicada a los “angelitos”, las almas de los niños. Las casas permanecen abiertas, las campanas suenan y el pueblo entero se llena de vida. Los visitantes pueden recorrer los altares comunitarios adornados con flores, juguetes, frutas y velas, o participar en las caminatas nocturnas guiadas por los caminos de cempasúchil.
Durante el 2 de noviembre, la conmemoración se centra en los adultos. Las familias acuden al panteón con flores, velas y platillos típicos, mientras en el centro se mantienen los concursos de altares y actividades culturales que fomentan la participación colectiva y el respeto por la tradición.
Una experiencia que trasciende el tiempo
Cuetzalan no solo celebra la muerte, sino la continuidad de la vida. Su pueblo mágico conserva un ritual comunitario donde la memoria se hace presente en cada detalle, desde los arcos de flores hasta el copal que perfuma el aire. Es un lugar donde los vivos y los muertos se encuentran en armonía, recordando que el amor no termina, solo cambia de forma.
Este año, quienes visiten Cuetzalan vivirán una experiencia única: un cielo lleno de globos, calles cubiertas de flores y un pueblo entero unido por la fe, la cultura y el arte. Porque en este rincón de Puebla, Todos Santos no se observa, se siente.