La grandeza de México nunca se ha ido, es tan vasta que puede apreciarse en diversas expresiones, aquellas realizadas por la madre naturaleza que nos regalan santuarios increíbles, entre cascadas, montañas o playas y diversos paisajes más.
También podemos encontrarla en vertientes artísticas como la gastronomía nacional, las artesanías y la arquitectura, aspectos que podemos disfrutar en diversos destinos, sin dejar de lado las expresiones musicales y artísticas que asombran a miles alrededor del mundo.
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Tal es el caso de estos artistas veracruzanos, que forman una compañía de música y danza tradicional, y hace unos días visitaron una escuela en Nueva Orleans, Estados Unidos, donde, con su arte conquistaron el corazón de todos los pequeños y maestros que se dieron cita para disfrutar de las expresiones artísticas mexicanas.
A través de algunos videos podemos dar cuenta de cómo el Son Jarocho, con la acústica de sus guitarras, jaranas y arpa, perfectamente sincronizadas con el característico del zapateado de este ritmo, ornamentado a la perfección con la blancura de los vestidos de las mujeres y los trajes típicos de los hombres, distinguidos con contrastantes detalles en negro y rojo, dejan boquiabiertos al público estadounidense.
Al finalizar la demostración, los bailarines veracruzanos invitan a los niños a participar con niños, quienes aceptan gustosos al sentirse conmovidos por el Son Jarocho y la estética de sus pasos, en una clara muestra que la música une lo que la política puede llegar a separar.
Historia y principales destinos donde se toca el Son Jarocho
El Son Jarocho huele a agua salada de mar y café proveniente de la región del Sotavento veracruzano en México, como casi todo en nuestro país esta tradición musical surge entre las influencias de la música española con ritmos indígenas, en aquel lejano siglo XVIII.
Está alegre música se caracteriza por versos improvisados que señalan actividades, personajes o acciones, acompañados por instrumentos como la jarana el requinto el arpa y por supuesto el característico baile zapateado sobre una tarima.
Si bien es cierto que es la región veracruzana donde más puede apreciarse este ritmo, sus versos, la acústica de sus instrumentos de cuerdas y su baile han hecho eco en lugares colindantes como Tabasco o Veracruz, o bien se han trasladado hasta la Ciudad de México a través de diferentes compañías artísticas, hasta trascender fronteras y ser un espectáculo reconocido en Nueva Orleans.