Impulsada por instituciones como el colosal Texas Medical Center (TMC) y los prestigiosos hospitales Houston Methodist y Baylor St. Luke’s, la cuarta urbe más poblada en Estados Unidos es uno de los grandes destinos para el turismo médico en el planeta.
Entre sus célebres centros comerciales, expansivos espacios públicos y una envidiable oferta de turismo deportivo, sus sanatorios y centros de investigación han convertido a la metrópolis en una de las capitales globales de la salud.
Te podría interesar
Y en este escenario, iluminado por el conocimiento y la innovación, una institución lleva más de tres décadas a la vanguardia gracias a su compromiso tanto con los principios más avanzados de la ciencia, como con los más fundamentales del cuidado.
Establecido en septiembre de 1991 por el doctor Philip A. Salem, hasta ese momento, profesor en el MD Anderson Cancer Center –parte del TMC–, el Salem Oncology Center sintetiza la filosofía de su fundador y su cálida manera de procurar la salud. “No estaba de acuerdo con la forma de pensar en Estados Unidos sobre cómo atender a pacientes con cáncer”, asegura más de tres décadas después, cuando su práctica se encuentra entre las más populares en Houston.
Te podría interesar
“Tras 50 años dedicándome a la medicina contra el cáncer, escribí un libro”, recuerda sobre Defeating Cancer: Knowledge Alone is Not Enough, publicado en 2018, en donde explica los principios de su innovador acercamiento a la batalla contra el cáncer.
“Muchas veces, los doctores no ven al humano que está detrás de la enfermedad. Yo creo que no puedes tratar a un paciente únicamente a través del conocimiento y la mente. El corazón, la compasión, el cuidado y tomar tiempo para hablar con los pacientes y conocerlos son tan importantes”, explica.
El tratamiento personalizado y minucioso exige tiempo, un recurso escaso en el gabinete de los doctores. “Tenemos que ofrecer cuidados personalizados, 24 horas, los 365 días del año, porque la enfermedad no reconoce fines de semana ni días feriados”, sostiene. Para permitirse una atención así de detallada, el doctor Salem apuesta por la libertad: más allá de las restricciones que sujetan la operación de los grandes centros de investigación y atención oncológica –como las horas dedicadas a los trámites de los diferentes seguros–, el Centro ha reducido el límite de personas que atiende anualmente, para garantizar que cada quien reciba el cuidado necesario. Esta autonomía frente a los tratamientos más “estandarizados” también le ha permitido desarrollar su innovador acercamiento a la batalla contra el cáncer.
Llamado ICTriplex, el método desarrollado por el doctor Salem combina, desde el inicio, inmunoterapia, quimioterapia y tratamientos focalizados que, normalmente, se aplicarían secuencialmente. “No hay dos pacientes que reciban el mismo procedimiento”, explica sobre el nivel de personalización que ICTriplex ofrece y que es aplicable a cualquier tipo de cáncer. Los resultados que reporta también son revolucionarios. “Hemos obtenido índices de remisión de 85 a 90 por ciento; 50 por ciento de ellos, son remisión completa”, afirma con orgullo.
En el Salem Oncology Center, la salud es un compromiso adquirido tanto por los médicos, como por los pacientes quienes, hasta durante tres meses, tendrán que asistir al Centro los siete días de la semana. “Quiero recordar que la salud es nuestra posesión más importante; si la pierdes, pierdes todo”, reflexiona sobre las exigencias que representa emprender un tratamiento. “Y que es importante no comprometer la calidad del cuidado que recibes; de eso puede depender nuestra vida”, concluye.