OPINIÓN

Colofón: Puerto Ricky

¿Por qué las empresas transnacionales del “nuevo lujo” pretenden y se empeñan en uniformar y estandarizar todo en beige?

Colofón.Créditos: Rafael Micha
Escrito en DESTINOS el

Me llevó el destino a descubrir casi, casi el paraíso.

Con el amor de mis amores y el amor de mi vida voy a la apertura de un 7 Eleven. De un Oxxo. Y más, con la anfitriona de antología. Y así, fui a dar hasta allá: Puerto Rico no decepciona. Es mar, es fiesta, es playa, y es harto sol. Moda y lujo.

Uno de sus más recientes openings es Dorado Beach A Ritz-Carlton Reserve. No tengo queja alguna.

Ron artesanal como amenidad de bienvenida. Hilo dental de flossblox.com, entre las de baño, además de shampoo, crema, acondicionador top.

Un servicio a cuartos literalmente con vista al mar. Tina, clóset, AC (cero sustentable, por cierto) y todas las comodidades incluyendo un par de flip flops de primera. Pero todo en beige.

Todo es beige, salvo las sandalias tan coloridas. La nueva firma del lujo multinacional de la hospitalidad es el beige. Con acentos “locales” de artesanías: bordados, hilados, y flores locales. Madera tono natural, para las persianas del black out, acentos de carpintería, Pero todo beige. Mármol: travertino beige. Paredes crema: beige. Ropa de cama de mil hilos de algodón beige/blanco. Mobiliario beige. Regadera exterior, ídem impresionante al lado de una vidriera junto a la espectacular tina.

El menú y la sazón: íbidem. ¿Por qué las empresas transnacionales del “nuevo lujo” pretenden y se empeñan en uniformar y estandarizar todo en beige?

En crema. Colorless. De riguroso beige. La “isla del encanto” vibra en colores. A todo color. Y aquí todo es monocromático. Monástico. Austero. Salvo las vistas al mar turquesa y las palmeras “borrachas de sol”.

Con sus tonalidades resplandecientes y esplendorosas. Eso sí: a todo color.

La antigua plantación y casa de descanso de tanto abolengo impecablemente restaurada brilla en los edificios originales que alberga el fenomenal spa Botánico. Con sus piscinas y fuentes, así como extravagante vegetación. Obvio merecedor de todos los premios habidos y por haber. Se justifica por su excelente localización: location, location, location.

Sin queja alguna de sus restaurantes Coa, Positivo, y Flor de Sal, pero creo que algo más con sense of place sería atinado. Con todo y el estanque de nenúfares.

Creo que hoy por hoy, prefiero algo más colorido: como Bad Bunny –próximo anfitrión de Saturday Night Life –músico y maestro de ceremonias con sus rolas a todo volumen, palabras altisonantes y desafiantes nudes. Y menos: “Cuánto me acuerdo de ti”.

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