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Devoción, pólvora y pasodobles: Yecla está de fiesta

Durante los primeros días de diciembre, la pequeña localidad de Yecla, en el sur de España, celebra una de las fiestas tradicionales más llamativas en el país

Yecla.Créditos: Cortesía Ayuntamiento de Yecla
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No hay una fiesta religiosa en España que me haya sorprendido tanto que la que el poblado de Yecla, en la comunidad de Murcia, en el sureste de España, dedica a la Virgen de La Purísima Concepción, ya que nada menos que para celebrarla se utilizan 1400 kilos de pólvora, que se van disparando durante varios días en honor a su Patrona, que  celebra su día grande el 8 de diciembre, pero en Yecla la festejan desde el 5 y los eventos se pueden extender hasta por dos semanas, en un ambiente de fervor colectivo para recordar el milagro que, hace cuatro siglos, en 1642, la Virgen concedió a 61 yeclanos dando pie a una tradición que, desde entonces, respeta una narrativa que entronca con lo litúrgico, lo pagano y las ordenanzas militares. 

El origen histórico de estas festividades se produjo en el siglo XVII durante el reinado de Felipe IV, cuando un grupo de 61 yeclanos dirigidos por el Capitán Martín Soriano Zaplana acudió a defender la región de Cataluña de una invasión de Francia. Tras seis meses en la retaguardia en Vinarós, en el mediterráneo español, la guerra acabó y regresaron sanos y salvos gracias, de acuerdo con los pobladores, a la intercesión de la Virgen, a la que se habían encomendado. 

Uno se queda asombrado al comprobar la pasión que profesan los 35 mil habitantes de Yecla a La Purísima Concepción, a la que cariñosamente llaman la Virgen del Castillo. En su día, el misticismo se mezcla con el estruendo de seis mil tiros que lanzan los arcabuceros, con el aroma a pólvora explosionada y mecha quemada, con los truenos de los fuegos artificiales que iluminan el cielo con destellos de vivos colores, y con las vibrantes notas de la banda de músicos que va detrás de las procesiones interpretando pasodobles e himnos. 

Francisco Martín Azorín Yago, vicepresidente de la Asociación de Mayordomos de la Purísima Concepción que, junto al Ayuntamiento, me extendió la invitación para asistir a esta conmemoración, me aseguró que hay un gran respeto al aspecto ritual de estas fiestas con una historia de 381 años, que constituyen el gran patrimonio de la localidad. Lo más prodigioso es que desde hace casi cuatro siglos, generación tras generación continúan participando con la misma devoción cada año.

Foto: Patricia Alvarado

Es conmovedor ver a los pequeños que desfilan ataviados con el uniforme negro reglamentario que asemeja un smoking, portando un sombrero negro y guantes blancos, atentos a la solemnidad con la que los Mayordomos, como se llama a los cuidadores de la Virgen, les marcan el paso. Alféreces, capitanes, arcabuceros, tamborileros, sargentos alabarderos con sus trajes dieciochescos, soldados, cabos y músicos se abren camino entre la ovación de la multitud y los piropos a la virgen.

Las “Manolas”, mujeres con trajes y mantillas negras, y una gran peineta, caminan con garbo, acompañadas de lindas niñas con mantillas blancas, para participar en la ofrenda de flores que depositan en la Basílica de Yecla, donde la Virgen es colocada en el altar para ser venerada durante los días más señalados de estos festejos. El clímax de la fiesta es la impresionante misa cantada en la imponente basílica de Yecla.  

Las Fiestas de la Virgen de la Purísima Concepción de Yecla han sido declaradas de Interés Turístico Nacional y van camino de ser de Interés Turístico Internacional, un título que se merecen por su esplendor, la hospitalidad de su gente, la exquisita oferta gastronómica y sus vinos únicos.   

En el plato

Yecla cuenta con una variada y rica gastronomía. Buenos ejemplos son el gazpacho yeclano con conejo y caracoles, las pelotas de relleno de carne de puerco, el queso frito con tomate y las empanadas de papas. La víspera de las fiestas de la Patrona de Yecla hay una elaboración colectiva de las gachasmigas a base de longanizas y suelen degustarlas miles de personas en la calle. Los vinos de Yecla tienen su propia Denominación de Origen protegida. 

Foto: Cortesía Ayuntamiento de Yecla

Desde el pasado

Obligada visita es la Basílica de la Purísima, monumental construcción de corte neoclásico que se inauguró en 1868 después de un siglo de trabajos. La Ermita de San Roque es la más antigua de Yecla, estilo mudéjar del siglo XV. En el Parque de la Constitución se erige una escultura al novelista Azorín, célebre yeclano. Desde este jardín están las mejores vistas del conjunto patrimonial de la ciudad y se divisa la entrañable Iglesia Vieja. El Ayuntamiento es un bello edificio renacentista y entre los balcones se encuentra el escudo imperial de Carlos V.

Albergue local

La oferta de alojamiento va desde una propuesta práctica como el moderno hotel Avenida, ubicado en el centro de Yecla, hasta las cinco casas rurales con encanto rodeadas de viñas, en diferentes parajes de Yecla. Se trata de residencias centenarias restauradas con detalles que las hacen únicas en rincones mágicos. Son fácilmente accesibles en coche y perfectas para disfrutar del entorno natural de esta comarca.