Quienes hemos tenido la fortuna de viajar a España hemos descubierto dos certezas que se extienden por igual a lo largo de sus 17 comunidades: el país ibérico vive gran parte de su vida de noche; y, por lo general, las horas que en otras latitudes se reservan al sueño y la recuperación, aquí se dedican a una fiesta que, cuando se hace bien, resulta tan restauradora como un sueño profundo.
Por supuesto, ninguna noche lo demuestra mejor que la víspera de Año Nuevo, cuando las ciudades se iluminan bajo miles de fuegos artificiales, las calles se visten de tradiciones antiguas y modernas, y las horas de fiesta y baile se traducen en la potencia revitalizadora necesaria para empezar un nuevo ciclo con la energía necesaria.
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Madrid
Una de las tradiciones más arraigadas de Fin de Año o Nochevieja como llaman aquí, es recibir el año en la plaza de la Puerta del Sol, en el corazón de la capital española. Decenas de miles de personas se congregan en un ambiente eufórico para brindar con champagne y comerse las 12 uvas con cada campanada que marca el antiguo reloj de la Casa de Correos.
La Puerta del Sol es un lugar privilegiado para contemplar el magnífico espectáculo de fuegos artificiales a partir de la medianoche. Otra modalidad es disfrutar de un musical en un teatro de la Gran Vía, el Broadway madrileño y a la medianoche brindar con los artistas. Muchos establecimientos ofrecen un exquisito menú de degustación y las discotecas están abiertas hasta bien entrada la madrugada.
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Málaga
Las uvas se toman en la Plaza de la Constitución. El ayuntamiento regala cotillones (gorritos, serpentinas, silbatos y confeti) a los primeros cinco mil en llegar al epicentro de la noche. Clubes y discotecas organizan maravillosas fiestas para dar la bienvenida al nuevo año. Una forma inolvidable es recibir el año en el camarote de un barco, en aguas del Mediterráneo, lejos del bullicio. Hoteles, haciendas y restaurantes ofrecen un gran abanico gastronómico para todos los paladares.
Alicante
La tradición de tomar las uvas comenzó aquí en 1909 debido a un excedente de la cosecha de vides. Alguien tuvo la ocurrencia de que se podrían comer con cada campanada de la medianoche el 31 de diciembre y se regalaron toneladas de uvas. La solidaridad marca el fin de año.
Los beneficios de la carrera popular de atletas y ciudadanos de San Silvestre se destinan a la Asociación Española contra el cáncer. La víspera del Año Nuevo hay una recogida de alimentos no perecederos en los Jardines de la Diputación. Los niños disfrutan de las campanadas en la plaza del ayuntamiento a las 12 del mediodía con gominolas y los adultos a la medianoche con la orquesta alicantina “Etiqueta Show”.
Pamplona
En 1982 apareció un caballo con un vaquero en el casco viejo el 31 de diciembre a la medianoche. Quería capturar indios rojos. Pero la mitad de la población iba así caracterizada. Todo empezó por un llamamiento de Radio Paraíso para que se disfrazara la gente. Tal fue la respuesta que hasta la fecha Pamplona es un gran carnaval el Año Nuevo.
Sevilla
El Año Nuevo es una gran celebración colectiva, al igual que navegar por el río Guadalquivir disfrutando de las bellas panorámicas de la capital andaluza bellamente iluminada. Las uvas se toman frente al ayuntamiento y cada uno va pidiendo un deseo por cada campanada. Le precede un espectáculo de luces y música y para los aficionados al flamenco, la cita está en el Palacio Andaluz con un tablao que ofrece un espectáculo puro y tradicional.