Tras el lamentable incendio que sufrió la Catedral de Notre Dame, en París, en abril de 2019, no han parado las obras de restauración, pues se espera que para fines de 2024 sea la reapertura; sin embargo, ese fuego arrasador, dejó al descubierto información importante del proceso de construcción del templo.
La catedral de Nuestra Señora de París, es un icono para los viajeros que visitan Francia a la par que la Torre Eiffel; pero habrá que esperar a que la sede de la Arquidiócesis de París, desde cuyas torres se obtienen las mejores vistas de la capital francesa, esté lista para recibir al turismo; después de leer la siguiente información, si planeas visitarla, la verás "con otros ojos".
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¿Cuál es el hallazgo de los científicos?
De acuerdo a un estudio publicado en la revista Plos One, los científicos descubrieron que durante la construcción de la catedral, que fue en los siglos XII y XIII, se utilizaron soportes de hierro para unir los bloques de piedra, lo que la convierte en la primer catedral gótica conocida que se edificó con el amplio uso del hierro como refuerzo adicional a toda su estructura.
El arqueólogo del Centro Nacional de Investigaciones Científicas y principal autor del estudio referido, Maxime L'Héritier, expresó a Gizmodo que el fuego ha arrojado luz sobre ciertos usos del hierro, como las grapas en la parte superior de las paredes que estaban totalmente ocultas por el marco.
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¿Cómo se hicieron las pruebas al hierro?
El análisis de 12 muestras de grapas de hierro de diferentes ubicaciones como tribunas, naves laterales y paredes superiores, seis de las cuales fueron sometidas a datación, es decir, determinar la fecha en que se produjo mediante radiocarbono, y el resultado indicó que se empezó a usar refuerzos de ese material en la etapa más temprana de la construcción de Notre Dame: a principios de la década de 1160.
Otras sorpresas de la ahora llamada 'Notre Dame: La primera dama de hierro'
En 2022 se informó del hallazgo de dos sarcófagos antropomorfos de plomo al interior de la catedral; los entierros pertenecen a un reconocido sacerdote y a un jinete de la clase alta. Con el estudio que recientemente se ha dado a conocer, aporta nuevos datos sobre la circulación, el comercio y la forja del hierro entre los siglos XII y XIII.