La Península de Yucatán alberga una gran cantidad de cenotes considerados sagrados, desde tiempos prehispánicos los mayas creían que eran la entrada al inframundo y fueron lugares que ofrendaron, no solo por su significado sino también por su belleza. Si vas a viajar a Yucatán, una parada obligada es Cuzamá, los cenotes de aguas cristalinas perfectos para nadar en tu travesía por este destino.
Este atractivo natural abrió sus puertas hace siete años y es ideal para disfrutar con niños o con la familia, para llegar hay que contratar a un guía y abordar un vehículo rústico pues se encuentran inmersos ente la selva, lo que les otorga misticismo y encanto. Están a 47 kilómetros de Mérida así que prepárate para disfrutar la aventura, no olvides llevar ropa cómoda, traje de baño y no se recomienda el uso de bloqueador ni repelente.
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Cómo llegar y qué hacer en los cenotes Cuzamá
Cuzamá es un grupo de 3 cenotes de aguas cristalinas con tonalidades turquesa que enamoran a los viajeros. Para vivir la aventura en ellos hay que contratar un tour en la ciudad de Mérida y abordar una carreta tirada por un caballo para poder introducirte a la selva durante 8 km y llegar hasta estos cuerpos de agua. Durante el recorrido también podrás ver algunas especies que habitan ahí, principalmente aves y reptiles.
Antes de acceder a la ruta de estos cenotes debes llegar al parador en donde contratas el tour. Antiguamente este lugar era utilizado como plantíos de henequén y formaban parte de la industria henequenera en la Península de Yucatán que tuvo su auge durante la época del Porfiriato. Sin duda, será una experiencia que te remontará al pasado y te llevará a adentrarte en el mundo de los secretos naturales de Yucatán.
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El primer cuerpo de agua que encontrarás es el cenote Ucil, cuyo nombre en maya significa "mosco pequeño", se trata de un cuerpo de agua subterráneo tipo caverna al que hay que acceder por medio de una escalera. El cenote está iluminado con luz artificial y al descender te sorprenderá la claridad de sus aguas, desde la superficie podrás observar impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas. En él se puede nadar o hacer esnórquel.
El segundo cenote de la ruta es Chak-Zinik-Ché, una caverna de tipo semi cerrado, iluminado por luz natural del día. Sus aguas son de color azul turquesa y tan cristalinas que podrás observar el fondo sin necesidad de sumergirte. Si no eres un nadador experto debes colocarte chaleco salvavidas y también es posible hacer esnórquel, en el parador te alquilan el equipo necesario para poder disfrutar tu aventura.
Bolom-Chojol, es el tercer cenote, su nombre significa "nueve hoyos de ratón" y hace referencia a las nueve entradas de luz que llegan hasta el interior. Para poder entrar debes bajar por una escalera de madera vertical, también tiene una plataforma de aproximadamente 35 metros de diámetro desde donde podrás disfrutar de una vista impresionante. El Cenote Bolonchojool es perfecto para relajarse, nadar o simplemente flotar en sus aguas transparentes.