Ir al baño es normal, y más cuando estamos en un ambiente húmedo como en el mar o en una alberca. Sin duda alguna, ver tanta agua y estar en contacto con la misma, aunque no la hayamos bebido, puede aumentar de manera considerable las ganas de ir al baño de manera constante, pero hay una razón muy específica.
Muchas veces hemos creído que las personas que nadan, ya sea mucho o poco, y que tienen que ir al baño de manera constante, tienen un problema en el sentido de que no pueden controlar sus esfínteres, pero la realidad es que no es por esta razón, sino que, sin duda, la ciencia y el funcionamiento del cuerpo humano está detrás de la verdad.
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¿Qué dice la ciencia de por qué nos anda mucho del baño cuando nadamos?
De acuerdo con un estudio que llevaron a cabo investigadores de la Universidad de Alberta en Canadá, encontraron que hay una cantidad de orina en las albercas públicas que puede ser considerada alta para muchas personas. El estudio, que se publicó en la revista Environmental Science & Technology, mostró que en una alberca en la que hay 420 mil litros de agua, 30 de los mismos son solo de orina, por lo que esa respuesta sin duda puede no gustarle a muchas personas.
Y es que es más común de lo que piensas el tener ganas de ir al baño cuando estás nadando, situación que reveló el periodista Jake Rossen, esto por algo que se llama diuresis de inmersión y que significa que el cuerpo aumenta la producción de orina debido a estar sumergido en el agua.
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La forma en la que actúa es sencilla, pues sus vasos sanguíneos se contraen y mueven la sangre a órganos internos. Eso eleva la presión arterial y aumenta la actividad de los riñones porque el cuerpo necesita liberar líquido para compensar los cambios arteriales, mismo que se traduce a las ganas de orinar.
La presión del agua también es un factor importante, pues cuando más bajas en profundidad, la presión aumenta y los riñones filtran el líquido más rápido. De igual forma, si nadas en agua fría, las ganas de orinar son mayores que en albercas climatizadas.