Para los michilovers y trotamundos, este parecerá el empleo ideal; ¡cuidar gatos! Marianne von Pérez, originaria de Chile, es parte de una comunidad de cuidadores de mascotas; bueno, específicamente para felinos domésticos, y ha narrado cómo está cumpliendo el sueño de muchos… viajar sin gastar demasiado.
Fotógrafa y periodista por la Universidad de Chile, Marianne ha dado a conocer cómo ha transcurrido su vida durante los últimos meses fuera de casa. En 2023 viajó a Europa para encontrarse con su mamá y tía; cuando ellas dejaron el continente europeo, Marianne descubrió lo común que es contratar a cuidadores de mascotas en esos países.
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Lo mismo había cuidadores para caballos que para iguanas, y ella pagó la membresía en la aplicación para cuidar gatos. Así comenzó la aventura de convivir y cuidar por semanas o hasta meses a los michis en casa de sus dueños, por lo que se ha ahorrado mucho dinero en hospedaje.
Así es la vida de la cuidadora de gatos viajera
En el portal del medio digital chileno The Clinic se ha compartido la historia de Marianne von Pérez, que narra cómo ha conseguido conocer destinos de Europa sin gastar en hoteles u hostales, ya que gracias a que se emplea como cuidadora en la aplicación Trusted House Sitters, se ha ahorrado cerca de 4 millones de pesos chilenos (más de 81 mil pesos mexicanos).
Así como ha conocido lugares, ha cuidado y recibido el cariño -a través de los ronroneos- de tantos gatos; desde los comunes europeos o también llamados “romanos”, los negros, y de cualquier color a los que deba atender con su alimento, aseo, compañía y en ocasiones medicar.
Marianne recuerda algunos nombres de michis con los que ha compartido su estancia en ciudades de Europa, como “Tokio”, su primer empleo; se trataba de un gato blanco con gris de actitud altanera y con el que compartió 12 días en un penthouse en Madrid, la capital de España.
“Bárbara”, “Kiki”, “Artie”... son parte de los que Marianne describe: “Así como acumulo kilómetros bajo mis pies, acumulo mis gatitos”, a quienes recuerda con cariño y el gran amor que despertaron en ella cuando se ganó la confianza y durmieron en su pecho ronroneando y apoyando su húmeda naricita sobre ella.