Recientemente, se dio a conocer el hallazgo de los restos de un “niño vampiro”, un hecho que ha causado revuelo alrededor del mundo por la forma en la que se encontró el cadáver y lo que había junto con él. Tras exhaustas investigaciones y pruebas por parte de los antropólogos, se ha dicho que este entierro tiene alrededor de 400 años.
Alrededor del mundo se han registrado en los últimos días diversos hallazgos arqueológicos que reflejan la huella de antiguas civilizaciones y culturas, lo cual enriquece en gran medida la historia de la humanidad y lo mejor de todo es que no es sólo de un país o de una zona en específico, sino que en diferentes partes del planeta.
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Así, un grupo de arqueólogos se dio a la tarea de explorar por la localidad de Pién, esto al sureste de Polonia, y fueron sorprendidos por los restos que corresponden a un “niño vampiro”, según lo argumentaron en un informe que publicaron.
Hallazgo de un niño vampiro en Polonia
De acuerdo con el comunicado que publicaron en la página de la Universidad Nicolaus Copernicus, de donde proviene parte del equipo de investigadores, lo consideran como uno de los “entierros más extraños, incluso sin precedentes”.
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Así, con el trabajo realizado, encontraron que los restos pertenecen a un niño de entre 5 y 7 años, quien fue colocado boca abajo en la fosa de la tumba. Según se menciona, este pertenece al siglo XIV, por lo tomando en cuenta las creencias de esa época, en esa región y la postura en la que estaba el menor de edad, pues estaba encadenado de los pies, se dice cree que llegó a ser considerado como una amenaza para la población.
¿Por qué? En ese tiempo se tenía la creencia de que los niños que murieran de manera repentina o inexplicable, podían resucitar como un vampiro, por lo que se les encadenaba para que no pudieran escapar de su tumba, y se les colocaba bocabajo para que “mordieran la tierra y no dañaran a los vivos”.
Sin embargo, no ha sido el único cuerpo hallado en este lugar, a unos metros, durante el año pasado, también se encontró el cuerpo de una mujer vampira que destacaba por un candado en el dedo gordo del pie izquierdo y una hoza en la parte del cuello.
Bajo las creencias de ese tiempo, la hoza fungía como una herramienta para cortar la cabeza de la persona fallecida en caso de que quisiera regresar a la tierra de los vivos como un vampiro. Incluso, se dice que las personas acostumbraban a mutilar los cuerpos de los fallecidos para evitar su resurrección.